por cuifa » Mié Abr 30, 2014 4:41 pm
Cheeeeeeeeeee... ya sé que estamos todos desahuciados, desanimados, todos los iniciados con "des" y terminados con "ados" que se les ocurra, como cuando se acercan las vacaciones y uno ya no tiene más la cabeza en la escuela o en el laburo, sino en los culos que va a ver en la playa o la melancía que se va a clavar sentado sobre alguna roca en algún río de las sierras.
Pero no podemos dejar de hacerle el aguante al equipo muchachos. A mí también me da bronca el bajón, me enoja vernos donde estamos en la tabla, me da impotencia saber que al principio del torneo la Sudamericana era un trámite y ahora se nos volvió algo parecido a escalar el Champaquí descalzo.
Pero por más bronca, bajón, enojo o impotencia que tengamos, no es justo para la mayor parte de estos jugadores no tolerarles el bajón. No te digo para Affranchino, Carrera, Maggiolo o Bueno, que por mí que se dediquen a vender churros en la Bristol de Mardel, pero sí tengamos Fe de que los que realmente nos trajeron hasta acá, como Olave, como Farré, como Lollo, como Quiroga, como Velázquez, pueden seguir haciendo historia. Y ni hablar de los pibes: ellos más que nunca necesitan nuestro respaldo.
Hoy no me sale demasiado la poesía. Quizás sea una consecuencia de un equipo que no transmite demasiado que digamos. No obstante, no seríamos piratas de ley si no confiáramos en que aún hay chances de volver a jugar esa copa internacional, de mantener el nombre de BELGRANO a lo alto.
Sólo te pido que recuerdes aquella tarde invernal de 1991, cuando parecía que no llegábamos a jugar la final con Banfield y apareció el Chiche Sosa faltando dos minutos de cabeza para depositarnos en ese partido que sería nuestro primer ascenso.
O esa misma historia repetida en 1998, antes de la final con las gallinas, cuando también el pelado Sosa metió el cuarto gol en Alberdi de un 4-4 in-far-tan-te.
O lo que pasó tras esa final (que la dimos vuelta, no lo olvides), que siete días después llenamos la cancha el mismo día en que se jugaba la final del mundo y luego fuimos el primer equipo de la historia argentina que perdió una final por el ascenso pero luego ganó el octogonal.
O las dos promociones con Quilmes, ambas ganadas sobre la hora.
O el ascenso de 2006, con los últimos partidos todos ganados sobre el cierre y tras perder la final con Chicago, que llenamos el Chateau dos veces en cuatro días.
O el 2011, nomás, viniendo con el caballo a pique desde el fondo para terminar volteando al competidor más grande de todos.
Sabemos lo que son las hazañas épicas. Como buenos piratas. Sabemos lo que es enfrentar el viento en contra, las olas en alto, que se nos caigan los sables al agua pero igual conquistar nuevas tierras aunque sea peleando con las ramas de un árbol.
Entonces, ¿por qué ahora no confiar que, como tantas otras veces, una vez más lo podremos lograr?
Vamos BELGRANO. Cace el Tigre y conviértalo en una alfombra sobre la cual pararnos y soñar que conquistar América, aunque sea en un bote y a remo, es posible. Porque para BELGRANO, todo es posible.
Sdos.
Si el perro es manso come la bazofia y no dice nada, le cuentan las costillas con un palo a carcajadas!
Demasiados los moretones, muy pocos encantamientos, son tantos los cocineros que joden la sopa...