por drleviathan » Jue Sep 30, 2010 1:36 am
La lógica reduccionista ad-absurdum de los peronistas no tiene límites. Etiquetan a todo aquel que se pronuncia en contra del peronismo como gorila; es como un acto reflejo. Claro está, no podría ser de otra manera cuando se trata de demonizar a cualquiera que no enarbola las banderas de la justicia social, movimiento obrero e independencia económica. Hablo por mí y digo que no soy radical, ni por afiliacion ni por ideología. No he votado sistemáticamente a radicales para cargos ejecutivos en el pasado como tampoco he votado sistemáticamente por candidatos peronistas. Soy liberal en lo político y en lo económico y relativamente conservador en lo que se refiere a lo social. Nunca votaría a un candidato peronista que enarbole las viejas, pomposas y anacrónicas banderas del justicialismo como leit motiv de su gestión porque pienso que es uno de los ardides mas viles para acumular poder en las masas urbanas a costa de la prosperidad futura de la Nacion a través del despilfarro indiscriminado del erario público. No votaría a un candidato peronista que me habla del modelo como si fuera producto de un acto consciente y explícito y no en realidad, lo que es, que es meramente un acomodamiento sumiso a las cambiantes y volátiles condiciones internacionales.
Este gran país supo ser un modelo de crecimiento basado en el dinamismo de un sector agro-exportador y en los encadenamientos productivos (manufacturas livianas) generados a partir del mismo hasta bien entrado el período interguerras. Y aún a pesar de contar con los mejores precios de commodities del siglo XX, las transformaciones económicas, políticas y sociales del justicialismo significaron un retroceso marcado del país en relación a otros países del mundo en la situacion económica y cultural. El movimiento peronista, algunas de cuyas ideas fueron nobles en su espíritu pero viles en su aplicación, terminó por sacrificar una oportunidad histórica que tuvo Argentina para desarrollarse económica y socialmente de manera armónica y equilibrada a costa de implantar una ilusion de país que sólo podía ser sostenida y mantenida asegurando una fuerte posición económica y política de la masa de trabajadores (y toda su política orientada hacia el fomento del mercado interno). Hoy, la situacion no es muy diferente. Una gran diferencia es que esta administración ha sido bendecida con una situacion extraordinaria internacional marcada por el sostenido y vertiginoso ascenso de India y China, algo así como le pasó a Perón con el resurgimiento del comercio internacional luego del bloqueo obligado producido por la 2GM pero que se vislumbra mucho más sostenido en el tiempo. La respuesta es, también, la misma: estimular una industria prebendaria, un desarrollo del mercado interno que fomenta el consumo y ahuyenta la inversión y una ataque sistemático a la propiedad privada como método implícito de evitar subas de impuestos, reducciones de gastos y cualquier tipo de política impopular. Si eso es el peronismo, no paso. Si ser anti-eso, es ser gorila, decile a Burton que me anote para la proxima Planet of the Apes. Soy el mono Silvio y el mono Mario también.
Sería bueno que los que aquí opinan, además de leer proclamas, manifiestos, discursos y cánones de militancia, de vez en cuando agarren un libro de historia económica argentina y de historia económica comparada. Si genuinamente les interesa, les puedo hacer recomendaciones, de todo el espectro ideológico. No le tengan miedo a los números: en el fondo, son los paladines de la verdad. Todo lo otro, es terreno pantanoso.
"Gasté un montón de dinero en bebida, mujeres y coches rápidos. El resto, simplemente lo malgasté." [George Best]