16-09-2009 / El periodista habla de Maradona y de por qué el problema de la Selección Nacional excede al DT.
Por Juan Morris
Bielsa se agotó. Pekerman dijo ‘No quiero más’. Basile renunció”. El que repasa cómo terminaron los últimos DT de la Selección nacional es Norberto “el Ruso” Verea, uno de los periodistas deportivos más lúcidos de la Argentina, integrante del plantel de “Hablemos de fútbol”, por ESPN, y a cargo de “Fútbol Ruso”, un micro de fútbol que se puede escuchar en Clarín.com, quien además fue arquero de Chacarita, Independiente y Talleres de Remedios de Escalada.
Mientras Verea hablaba con Newsweek, Maradona dejaba “pagando” a Julio Grondona y a Carlos Bilardo en Ezeiza. Presidente y manager de la Selección planeaban una reunión. Pero se comieron el amague. Maradona se había tomado un avión a Italia para internarse en un spa. Después, Juan Martín Del Potro le ganó a Federer, la angustia de la patria futbolera se volvió furor tenístico y la Selección dejará de ser un tema en la agenda de la indignación por unos días. Sólo por unos pocos días.
- ¿Por qué perdió la Argentina con Brasil y Paraguay?
- Porque juega mal. Porque la Selección entra a la cancha motivada, pero la motivación sola no alcanza. La motivación es superadora cuando la idea está bien arraigada. Entonces, la idea arraigada te da menos dudas. La motivación es superadora porque vos creés, confiás: “Así yo llego al objetivo”. Y en la Argentina hay un lío bárbaro. Verón empieza a pensar y termina corriendo. Mascherano empieza a correr y después deja de correr porque se ve perdido. Zanetti se manda para adelante sólo para chocar. Y Papa no sabe si es titular o no.
- ¿Hay alguna idea táctica clara en la Selección de Maradona?
- Es que las ideas de Diego son muy maleables, porque hoy en día las urgencias lo están exponiendo a algo que quizás él no siente futbolísticamente. Yo no creo que Diego sienta poner a Schiavi y a Palermo para tirar centros desesperados. Que casi se le da al final porque el fútbol es así. Aunque no creo que ésa sea su idea. Hubiera sido lo peor que le podría haber pasado al fútbol argentino.
- ¿Maradona se apuró en convertirse en técnico de la Selección?
- Yo creo que Diego se apuró e intentó decantar desde ese poder que él sabe que tiene su proceso para llegar a la Selección. Y si en la Selección no se dan cuenta, es una lástima. Hace rato que el equipo se transformó en un avión ingobernable. No lo pueden manejar pilotos de tormenta, y Diego recién está haciendo el curso. Todavía estamos con que si Ruggeri sí o no. El punto es qué queremos. Si yo pienso que un equipo es una idea que representa a un club y un club es un estilo de vida, pensemos qué estilo de vida queremos para la AFA. Diego no se preguntó nada de eso. Es: “Vamos. Viene Bilardo, pero que no se meta. Y viene conmigo ‘Mancu’ porque hoy es todo para mí, es mi vida”. Llegan de Europa Mascherano, Tévez y Messi, y acá están Alejandro Mancuso y Miguel Lemme. Eso es la Selección.
- ¿Haber sido un jugador enorme lo convierte automáticamente en técnico?
- Esa discusión no es la adecuada. Hay infinidad de pruebas de jugadores que fueron excepcionales adentro de un campo de juego y después no lo podían transmitir. Hay una cantidad de DT que no fueron futbolistas, como Marcelo Bielsa. Y acá no instalo si ganó o no, porque ése también es un tema con el que discutí toda mi vida. Los que compiten, lo primero que aprenden es eso mismo, a competir, y a comprender que en una competencia alguien te puede ganar, y eso no te hace un perdedor, sino un entendedor de la situación.
- Maradona es una persona a la que nunca le gustó que le dijeran lo que no quiere escuchar…
- Diego conoce a los periodistas que lo critican, hasta tal punto que fueron cómplices cuando tomó el “cocktail Molotov”, en el Mundial 94. Esos periodistas nos dijeron que a Diego lo habían engañado. No pongo en duda que te puedan engañar, pero ¿a nuestra máxima estrella en la máxima competencia? Todo lo que rodea hoy a la Selección es complicado: hay egos muy grandes, una prensa que se adueñó de los mensajes, y una hinchada que dejó de pensar, porque se amoldó a esta idea de que si ganás existís y si no ganas no existís, y que por eso cuestionan a Messi con 21 años. Hoy queremos que Messi haga de Falucho envuelto en la bandera, que haga un acto heroico como el del Sargento Cabral y que piense como San Martín. Es imposible. En esta locura, te das cuenta de que para la Selección se necesita mucho más que un entrenador que componga esto.
Nota del Ruso Verea