Además de reclamar que sería hora que aunque sea me paguen un fernet de esos chiquitititos que venden en los kioscos con una coquita de vidrio
, vengo a sostener una proclama que había hecho Misael tras el triunfo 2-0 contra Gimnasia: fírmenle un contrato a
Lavallén hasta el año que sea, pero ya. Que se quede a vivir en Córdoba.
Impresionante lo que logró en tan poco tiempo: más allá de que Huracán (5° en el campeonato, vale recordarlo) ni olió el área de
Acosta, no revoleamos ni una sola pelota en todo el partido, tremenda la confianza para salir jugando por abajo en absolutamente todas.
Eso es algo que realmente me llenó los ojos: venía viendo cómo todos los campeonatos casi todos los equipos del fútbol argentino eran capaces de hacer eso menos nosotros y
Lavallén lo logró, como ya dijeron, retrasando a
Lértora casi a una posición de líbero, triangulando la salida con
Lema y con el
Marciano, y también con los laterales sin miedo a mostrarse.
Por momentos, BELGRANO se paró contra Huracán con una suerte de 3-3-3-1, con los centrales abriéndose casi como laterales para dejarle a
Lértora la salida por el medio, los laterales pasando al medio a la par del
Marciano, y los volantes ofensivos y el "9" moviéndose por arriba.
Y ese es uno de los cambios fundamentales: el equipo se tiene confianza y antes teníamos once jugadores que en su mayoría cada uno estaba estaqueado en su lugar, y ahora todos se mueven por todos lados.
Al fin tenemos sociedades:
Amorosoy
Beníteztocaron rápido y bien en varias oportunidades,
Guidara y
Brenner también se entendieron,
Sequeira aporta lo suyo en eso;
Lértoray el
Marciano se complementan a la perfección; y
Godoy y
Lema deben ser una de las duplas de centrales más firmes del fútbol argentino.
Siempre se habla de la importancia de armar una columna vertebral y eso es lo que terminó de recuperar
Lavallén: arquero seguro; centrales firmes, volantes de marca firmes. Sólo falta una delantera letal y tenemos cuerpo para ir a un torneo de fisicoculturismo.
De todos modos, y aunque soy otro de los que no confiaba en esta capacidad de
Lavallén, también quiero valorizar un poco el trabajo del
Gallego Méndez, quien se fue porque tiene chiflado el moño, pero en su gestión la campaña no era mala aunque sí, no tan vistosa.
Pero
Lavallén no recibió el plantel desahuciado en todo sentido que había recibido
Méndez y terminó recogiendo algunos de los frutos que el
Gallego sembró: por ejemplo, una defensa que ya había logrado firmeza y un equipo que se tenía un poco más de confianza, y fiereza.
También
Lavallén agarró un equipo con algo de rodaje: los hinchas somos impacientes, pero también era clavado que había que esperar para ver buen funcionamiento, teniendo en cuenta que el plantel se renovó casi completamente. Es el caso, por ejemplo, del
Marciano Ortiz, que venía de seis meses en un torneo con mucha guita pero de segundo nivel como el mexicano (espero que el
Chino se vaya rápidamente de ahí, es un torneo que empeora jugadores, sobran las muestras). O
Sequeira, que cada partido que pasa se asienta más (para mí, va camino a figura). O
Amoroso, que también va a agarrando ritmo y se le nota que le saca una marcha más al resto.
Por eso, creo que el mérito mayoritario, obvio, es de
Lavallén, pero creo que el Gallego también algo aportó para esta recuperación del equipo. El
Gallego apagó el incendio y empezó a sembrar el campo.
Lavallén es el que ha acertado las semillas y los agroquímicos para que produzca con los mejores rendimientos.
Básicamente, hemos vuelto a ver a BELGRANO: además de jugar, LO QUE METIÓ EL EQUIPO contra Huracán. Tremendo.
Y Alberdi, tantos años insistiendo por Alberdi, única cancha inexpugnable en esta mitad del torneo en el fútbol argentino, el debate sobre si influía o no terminó contestándose solo.
Sdos.
PD: ¿Dónde está mi ferné? ¿Dónde está mi ferné?
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