Acá esta.
Tras el cruce de videos y audios con amenazas, intervino un fiscal de oficio y allanó a los principales involucrados. De qué se trata la tensa sucesión por el poder inconfesable de “Los Piratas”.
Juan Federico
viernes, 24 de septiembre de 202100:01 hs
Roberto Ponce se ufana: asegura que hace 48 años que pertenece a la barra brava del club Belgrano, organización a la que lidera desde hace décadas. El hombre, que hoy tiene 63 años y a quien todos conocen y llaman por su apodo de “Loco Tito”, grabó en el anochecer del lunes último un video que en minutos se transformó en viral.
“Ya estoy cansado. Ahora me bastardean a mi familia mal, estoy cansado de las mentiras, tienen que parar la mano. No rompan más los huevos (...) De acá para adelante, el que manda en la barra soy yo (...) Yo no los voy a traicionar, no soy un traidor, soy un tipo de códigos (...) Les digo que la acaben, porque si no, voy a juntar 200 o 300 vagos, los voy a traer y no me voy ni bosta de la barra. Así que por favor, dejen de molestar a mi familia, dejen de romperme los huevos, porque yo cuando me caliento no sé lo que va a pasar, no me importa quién sea, si yo tengo que perder, pierdo (...) Toda la noche, todos los días amenazando a mi familia, tirando tiros, vigilanteando (...) Ya está, me cansé, ojo, eh”.
Junto a este video, en el que se lo ve sentado en su casa, también comenzaron a viralizarse dos audios con gruesas amenazas contra Ponce y su familia. Si bien la autoría de estos mensajes aún no está confirmada de manera oficial, la Justicia provincial ya maneja pistas concretas sobre quiénes estarían detrás de las intimidaciones.
Y fue por ello que en la madrugada de este jueves, el fiscal Guillermo González, quien el miércoles temprano comenzó una investigación de oficio ante la zozobra social que estaba provocando la divulgación de estos mensajes, ordenó cinco allanamientos simultáneos en los que participaron 150 policías.
Es que el cruce de amenazas trascendió los límites del club Belgrano y de la ciudad de Córdoba. El miércoles, la puja en el interior de la barra “Los Piratas” ya había alcanzado una cobertura mediática nacional, lo que generó preocupación hasta del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, según reconocieron altas fuentes del Panal.
Los procedimientos tuvieron lugar en el domicilio de Ponce, cerca de la cancha de Belgrano, en Alberdi; la vivienda de Cristián “Coquito” Torres, en barrio Liceo, Segunda Sección, y tres casas colindantes de Villa Allende, pertenecientes a Lucas Pavón y su familia.
Se secuestraron algunos celulares y no mucho más. A los investigadores les quedó la sensación de que los barras ya los estaban aguardando a los policías. Pero saben que el mensaje sí les llegó: ahora volvieron a estar en la mira de las autoridades.
Según confirmaron las fuentes consultadas, en esta incipiente investigación se sostiene que Ponce, Pavón y Torres forman parte de la misma barra. En los últimos meses, el poder interno del “Loco Tito” comenzó a desgranarse, al parecer en medio de una disputa económica. Fue entonces que él anunció su retiro, aunque luego lo aplazó hasta fin de año. Este último cambio, se cree, no fue tomado de la mejor manera por Pavón, quien asoma como un posible sucesor. Se presume, entonces, que el cruce de amenazas tiene esta raíz: acelerar la “jubilación” de Ponce.
Es en esta hipótesis que se presume que “Coquito” estaría colaborando con Pavón en la idea de “convencer” al “Loco Tito” de que dé ahora un paso al costado.
A todo esto, asoma un cuarto nombre, que si bien no fue allanado en esta causa sí figura en el organigrama que están trazando los investigadores: Germán “Gitano” Minué. Histórico lugarteniente de Ponce, hoy estaría entre una encrucijada, ya que tanto el “Loco Tito” como Pavón le habrían exigido que definiera para qué bando va a jugar.
La vuelta de los hinchas
Los policías aseguran que no sólo el video es reciente, sino también los dos audios. El cruce de amenazas se inscribe en otro contexto más amplio: el cambio de autoridades que hubo en el club Belgrano meses atrás y la proximidad del regreso de los hinchas a los estadios.
“Yo nunca en mi vida tuve custodia policial ni me hace falta nada. Ni tampoco la voy a tener en vida. Yo ando solo con mi familia, no tengo gente al lado mío ni nada”, dijo el miércoles Ponce en una entrevista con radio Suquía. “Yo me voy de la barra tras cumplir 48 años ahí, soy una persona grande y uno se cansa de todo esto no por las peleas pero llega un momento que no da para más. Aún no sabemos quién me va a reemplazar”, aseguró sobre su inminente retirada de la tribuna, mientras evitaba referirse de manera pública sobre quiénes lo estaban amenazando y los motivos.
Sin embargo, un familiar suyo sí dio precisiones: aseguró que hace 20 días alguien disparó varias veces en proximidades de la vivienda de Ponce, que también le cruzaron un auto a otro familiar cuando caminaba por la calle, que vienen recibiendo diferentes llamadas con tono amenazante y que incluso una allegada al “Loco Tito” tuvo problemas en su lugar de trabajo. Todo, en el marco de esta puja que hasta el martes último no figuraba en el radar de ningún funcionario provincial, ya que todo había ocurrido sin denuncias ni intervenciones oficiales.
Ahora, el fiscal González analiza imputar a todos los involucrados por coacción (amenazas) e incluir el agravante para los delitos vinculados a espectáculos deportivos.
Se sabe que todo lo que rodea a las barras de los principales clubes del fútbol argentino es inconfesable. Hace años que la puja de poder en el interior de cada una de estas organizaciones persigue un botín suculento de negociados que muchos conocen pero todos niegan en público.
Hay que estar atento a que puedan decidir el Cosedepro y Schiaretti que no quieren ningún problema antes de las elecciones.
