Antes que nada, hago públicas las disculpas, como dije en el anterior post, la ajetreada agenda y una gastroenteritis (sí, esta vez el que se caga soy yo) me han impedido hacer mucho uso de la pc.
Para seguir con la línea editorial del primer post, les dejo una anecdotita... Como ya he reflejado anteriormente, soy un padre primerizo; el clásico gordo pollerudo que con tal de tener a mamá e hija contentas es capaz hasta de suprimir el impulso de manotear la última porción de pizza.
Estimo que cualquier padre (o madre) del foro coincidirá conmigo en que un hijo, sobre todo primogénito, es un motor importantísimo para el día a día. Sin embargo, me he encontrado envuelto en una monotonía que ya me estaba comenzando a inquietar, la eterna rueda de laburo, casa, laburo, casa, me carcomía y el único momento en que podía portarme como pelotudo se reducía a los 90 minutos semanales en los que juega la B.
Quien me conozca, no demorará en aseverar que soy un tipo por demás tranquilo, nunca fui muy del reviente, ni de embarcarme en giras de dos o tres días, de boliche en boliche, como sí lo hacían/hacen muchos de mis amigos.
Pero el viernes pasado algo ocurrió, jugaba la B, yo contaba con algunas muchas horas extras a mi favor, por lo que mi jefe ni chistó cuando le pedí el día.
Entonces me levanté como quién inicia una vida nueva, con un optimismo que pondría en ridículo al mismísimo Claudio María Dominguez. Tempranito a la panadería a comprar los criollos para los mates con la bruja, y cuando pasaba por al almacen, ni lo dudé,
"3 Quilmes bajo 0 Ernesto, los envases te los traigo a la vuelta" le indicaba al almacenero del barrio con la estirpe de quien pide un whisky on the rocks e invita la ronda para todo el bar.
"Hoy tiramos la chancleta?" Me pregunta Ernesto a modo de gaste, yo me río y en forma de estímulo/respuesta, le tiro un
"veremos".
16:00 hs, me llega un wapp de mi amigo Adriano, quién siempre me acompaña a la cancha, diciendo que nos encontremos directamente en la popular porque no lo iban a soltar antes del laburo. Casi al unísono, tres timbrazos en seco, la nena llorando, el perro no paraba de ladrar, y mi señora nuevamente haciendo gala de su elegante léxico
"quién será el hijo de mil puta"La sorpresa no fue pequeña, mi amigo de toda la vida, Tripa, se encontraba del otro lado de la puerta. Para que se hagan una idea: Tripa tiene 35 años, es el cantante de una banda de rock que toca ocasionalmente en boliches o bares, y hace un año ganó un concurso de comer panchos y bajarlos con cerveza (literal); ahí termina su cv.
Y si mi alegría fue grande cuando lo ví, imagínense cuando me mostró que tenia en su poder el carnet del hermano de Adriano para ir a la popu, paaaaaaaaaah, ni lo pensé, le presenté a la nena dos minutos y tuvimos que destapar la primer chela.
17:30 le digo al gordo que se apronte, que yo iba a sacar el auto, cuando subo y lo pongo en marcha, Tripa se sube al asiento de acompañante con una rapidez que sólo se la había apreciado al hacer fondo blanco.
"Traje algo" dijo.
Con carpa me lo muestra.
Tripita haciendo gala de sus viejas mañas.
Y yo ya había dejado a la nena bajo el custodio de mi señora, así que decidí volver a tener 20 años.
Lo que aconteció en el partido quedó ahí, pero, lamentablemente, no todo. Señor lector, si usted supera la barrera de los 30 y está próximo a las tres cífras en la balanza, espero sinceramente que sepa controlar el bajón mejor que yo.
El chori de la salida, tres platos de tallarines y una porción de flan casero derivaron en la gastroenteritis que hoy padezco.
Con esto, simplemente, pretendo dar muestra cabal de que si uno cambia de estilo muy abruptamente, todo puede derivar en una cagada grande. Hace un par de semanas puteaba por la caca de mi hija, hoy les aseguro que cada vez que voy al baño puteo yo y ahora también mi familia.
Por eso, mañana no nos enojemos si no metemos 18 pases seguidos antes de un gol, este equipo también quiere cambiar de estilo y lo está logrando, pero de a poquito.
No seamos tripa, no forcemos algo y después nos quejemos por el cago en que derivó.
Partido de emociones mañana, contra una persona muy querida por los hinchas y de antesala al clásico en nuestra casa. A no dormirnos, sumar es clave.
El Pulga arafue, menos mal porque venía siendo el puntal de Atlético.
He aquí las formalidades:
Atlético Tucumán vs. Belgrano
Primera División de Argentina
Mañana, 21:05
Monumental José Fierro, San Miguel de Tucumán