Je je je... miren esto, es realmente muy gracioso, y también muy real.
Sdos.
Opiniones
Piedra Libre
Pasión de una inmensa minoríaGonzalo Neidal
gneidal@lmcordoba.com.arSí, toda la tarde mirando el golf.
Porque jugaba el Pato Cabrera, que si no... ni loco.
¿Que vos no entendés el golf?
Mirá, yo te lo explico.
No es tan complicado.
Al revés: es muy fácil.
Hay que meter la pelotita en el hoyo. Eso es todo.
Hay que darle con un fierro.
Si la querés tirar lejos, con un fierro más grueso.
Si la querés tirar cerca, una caricia apenas.
No cobran orsay ni nada de eso.
Tampoco hay foul, creo. Salvo que le calcés la pelotita a otro en un ojo, claro.
Y el que la mete en menos golpes, gana.
Eso es todo.
Los hoyos son un montón. Como una docena y media.
Y tenés que hacer cada hoyo en la cantidad de golpes que te indican, si podés.
Si lo hacés en un golpe menos, mejor para vos. Eso se llama “birdie” que mi hija dice que quiere decir “pajarito”. Nombre medio delicadito, ¿no?
Si la metés en dos golpes menos, mucho mejor. Hiciste un “águila”.
Y si la metés en tres golpes menos que los establecidos, sos Gardel. Hiciste un “albatros”.
Por supuesto que si la metés de un solo golpe, sos Maradona.
Y te ganaste un auto.
Claro que también le podés pegar mal.
En ese caso te podés pasar de los golpes fijados para cada hoyo. Si te pasás, hiciste “bogey”.
¿Te das cuenta? En vez de decirte “bolú”, ¡te dicen “bogey”!
Sí, son gente delicada.
Y el Pato estaba en la lona. Pero empezó a remontar.
Los empató y fueron a los penales. Entre tres.
Me encantó.
Los otros todos prolijitos, todos pipí cucú y el Pato con la zapán llena de asados y siempre riéndose.
Se mata de risa. Se ve que se divierte.
Los otros son modelos de TV, hacen publicidad de yilé, como el negro Tigre, todos serios, facheros.
Lo mejor fue cuando el Pato le pegó mal y la mandó al bosque.
¡Casi le saca un ojo a Caperucita Roja!
Yo dije: “Sonamos, Pato, ahora vas a tener que decir que la pelotita no dobla”.
Estaba en el medio de los yuyos, y el hoyo le quedaba como de acá a La Cañada.
Pero no: la sacó de ahí y la dejó cerquita de la bandera. Un genio. Para que vos te hagás una idea, eso es como el gol de Maradona a los ingleses, más o menos.
No. En ese juego no dan la vuelta olímpica. Debe ser porque la cancha es muy grande.
Y los de las tribunas están todos quietitos. Nada de gritos, nada de banderas, nada de papel picado ni cintas de calculadora. Es otro estilo ¿entendés?
Lo más lindo es que después de todo ese bolonqui el premio era un saco verde.
¿Te das cuenta? ¡Un saco verde!
¡No lo va a poder usar ni para Carnaval!
Además, se lo podría haber comprado en la calle Ituzaingó.
¡Qué deporte tan raro, loco!
Pero verlo contento al Pato… te digo la verdad... ¡me alegró la tarde!