Del Barrio de Alberdi yo Soy.
Del barrio de Alberdi yo soy dice la canción como aclarando que nací en la maternidad Nacional. Venir de Alberdi es como ser de otro lado, tal vez por eso los helados nos catalogan con tantas nacionalidades diferentes. Pero no... DEL BARRIO DE ALBERDI YO SOY.
Alberdi es ese lugar bohemio donde la gente suspira luna.
Y medio lunáticos van los de Alberdi por la vida, enamorándose en la plaza Colón, teniendo hijos en la Maternidad y haciendo jugar los niños en la plaza Jerónimo del Barco. Una vida llena de vida.
Emborrachados de Cerveza camina uno por Alberdi sin creer que la torre ya no está, pero sabiendo que queda el recuerdo de la protestas que salían y se hacían eco en el Julio Cesar Villagra. Me acuerdo haber estado más de una vez en la popular y mirar para atrás y ver a los laburantes de la cerveza diaria observar el partido desde lo alto y colgando una bandera pirata. Qué viejos tiempos. Qué tiempos hermosos.
Y si Alberdi es Alberdi, también es porque Belgrano es Belgrano. No hay unión más perfecta que Alberdi y Belgrano, observe un día la multitud de piratas que pisan esa hermosa tierra de Alberdi como si fuera una meca cada vez que juega Belgrano, pase lo que pase. Una vez lo escuché decir al turco Webe que Belgrano es una rebelde forma de mojarle la oreja a los poderosos y no se equivocó ¿Sabrá don Arturo Orgáz lo que hizo? No lo se, pero lo hizo en el lugar justo.
Y si Belgrano es una rebelde forma de mojarle la oreja a los poderosos, Alberdi es el lugar que acoge los sueños de utopías hermosas. Es el lugar donde el Hospital de Clínicas le cura las heridas a los rebeldes y saca la reforma del 18'. Alberdi es el lugar que transforma Córdoba y lo vuelve Cordobazo. Alberdi no es más que el abogado de nuestros hechos, porque vivir en Alberdi avala la lucha.
Alberdi también es la señora que barre la vereda chusmeando que pasa, es el pibe que va al baile de la Mona Jimenez en el Estadio del Centro o en la vieja Usina, es el asado del domingo con pleno conocimiento de que no va a haber para comer el resto de la semana, es el rocanrol de los pibes en la vereda, es hacer unos choris a la orilla de la calle, es la pintada pirata en alguna pared, es el trapo en el alambrado... todo dice que “Del Barrio de Albedi yo soy”.
Sergio Damian Diaz (c) 2010