Tarde de junio de 2001. En la platea Dorada, junto a mi viejo, el que nunca fue futbolero pero el que al fin y al cabo me hizo fanático del equipo que tiene la bandera más grande del mundo: el cielo. Dicen que en el "viejo" Gigante entraban 22 mil personas: esa tarde había 25 mil abajo de las patas. En la Dorada no sólo que estábamos todos parados sino que de costado, porque ni siquiera entrábamos de manera "normal". Vuelta de la promo contra Quilmes. 40 minutos del segundo tiempo y estábamos a un pelín de irnos a la B. Mi cara lo decía todo. Y al lado mío, un señor de vaya a saber cuántas toneladas de años, que hacía 20 minutos me decía: "No te preocupés, que faltando cinco minutos metemos un gol y la cana los saca recagando a palos a los de Quilmes". Centro, media vuelta de
Mugnaini y delirio. Abrazo con mi viejo, con el que estaba atrás, abajo, arriba, a tres metros, a cinco. Y obvio, con el viejo que tenía al lado, que casi me lo quería chapar. Termino de abrazarlo, levanto la vista y... ¡LA CANA SACANDO A PALAZOS A LOS DE QUILMES! Si no era Dios mirando el partido con nosotros, ese viejo no sé quién era...
Un jueves por la noche, también de invierno, también con la cancha hasta la p..., pero de 2006. Esta vez en la Popular Pirata, con el Fede, el Juanma y varios de los amigos con los que nos comimos cinco años sufriendo hasta ver a BELGRANO ascender. El rival, Huracán de Tres Arroyos, con BELGRANO peleando la punta del torneo. O más bien, el rival era el línea que estaba del lado de la Dorada. Única vez en la historia en que a un club le anularon tres goles por off side, de los cuales sólo uno era recontra requete indiscutido. Y
Ramaciotti que toma una decisión insólita: entra
Novaretti, el 2 de las inferiores, pero de 9. Y a los 51 minutos del ST, gol del "9". Otra vez delirio. Una avalancha como pocas veces en la historia en la popular pirata.
Un par de meses antes, fines de 2005, cuando la ahora ex Hualfin era un "brazo" de la Pirata. No era habitué de esa tribuna pero ese día se nos dio por ir ahí. También partido entre semana por la noche, también contra Huracán, pero el porteño. Golazo de
Andrés Soriano de afuera del área y luego, una de las grandes obras maestras que vi alguna vez en Alberdi: con su cabellera al viento, como un azabache filmado en Hollywood,
César "El Indio" Mansanelli atrapa la pelota atrás de mitad de cancha y hace un surco maradomessineano pasándose a tres rivales y definiendo al costado del arquero. Qué golazón. Y sí, más vale, abrazos hasta con el que vendía la "Peisi".
Y sí, qué otro partido si no. Otra vez invierno, ahora de 2011. ¿El rival? Tranca: sólo el equipo más ganador de la historia del fútbol argentino. Ahora con Marianito, la Chancha, Pichi y Putifo, en la Prefe, el hogar que nos albergaba desde hacía varias campañas. Llegamos como tres horas antes y ni siquiera pudimos sentarnos: otra de esas jornadas en que 22 mil personas, la chilampi. Éramos millones. Parados en los escalones de abajo, en primer plano: penal para BELGRANO y gol de Mansanelli. El gol que nunca grité, o que mi grito no se escuchó, porque me quedé sin aire de los nervios. El gol que fue el principio de la resurrección final para el más grande del interior. La catapulta para que, ahora, estemos a sólo unas 100 horitas de volver a nuestro estadio, el viejo de las grandes hazañas, el nuevo que busca más.
Como yo, seguro vos tenés una historia en cada tribuna, que hacen miles de millones de historias. Porque el Gigante ES nuestra historia. Un estadio parchado, sí, construido como si fuera con rastis de diferentes moldes, pero propio, a pulmón, y que nació como el más grande de Córdoba y ahora vuelve a ser de nuevo el más grande de Córdoba. Porque el Gigante ES nuestra historia y somos los más grandes de Córdoba.
Por eso el título del post "La vuelta a Alberdi". Sé que jugamos contra San Martín de San Juan pero... ¿a alguien le importa? Nos vemos el sábado, cada uno en su tribuna, para seguir contando y construyendo estas miles de historias que nos hacen los más grandes de la historia.
¡TE AMO BELGRANO!
Sdos.