Este triunfo me puso muy contento.
Primero, porque fue contra los putos de Colón, quienes integran la tríada junto a Galleres y Newell's de los clubes que más odio en todo el país. Y acá, no hay que olvidar algo: hayamos jugado bien, más o menos, o mal como cada uno quiera verlo, en esa cancha hacía 15 años que no ganábamos y lo hemos hecho muy pocas veces. No como River o Central, pero el historial es bastante negativo contra los sabaleros. Con lo cual es una victoria para valorar y mucho.
Segundo, porque para mí el equipo mejoró en algunos aspectos del juego con respecto a los anteriores.
Lógicamente, si vamos a comparar este partido de BELGRANO con los del primer semestre, sí, el saldo es profusamente negativo. Pero si lo comparamos con los últimos cuatro o cinco, me parece que se notó una evolución en algunas cosas.
La principal, para mí, es el espíritu colectivo y el orden para defender. Todavía nos falta volver a ser un equipo aceitado y solidario en ataque como fuimos hasta julio, pero al menos en este partido todo el equipo trató de ayudar al otro en defensa y creo que lo hizo bien. Colón más allá de algunos centros no llevó peligro al arco de
Olave.
Y en materia ofensiva, no comparto que haya sido todo puro pelotazos. Para mí la diferencia en el resultado no fue mayor sólo porque los dos tipos que se supone tienen que aportar la mayor precisión posible, que son el
Chino y
Parodi, por el contrario fueron los más imprecisos de todos y los que peores decisiones tomaron en cancha.
Rememoro no menos de tres contragolpes conducidos por cada uno de ellos que, con espacios abiertos y compañeros libres, eligieron la peor de las opciones posibles, entregándole la pelota al rival. Con un mínimo de precisión, absolutamente exigible a esos jugadores, BELGRANO ganaba dos o tres a cero. O al menos hubiera tenido manos a mano claros para intentarlo.
El otro factor clave de la bajada ofensiva es
Óbolo, a quien el físico ya no le está dando ni para aguantar los viandazos y salir a jugar a tres cuartos de cancha. Se me ocurre que
Mauro Iván es como esos autos usados que a principios de año los llevás al taller y los dejás nuevitos, pero no dejan de tener sus años recorridos y transcurrido el tiempo vuelven a perder aceite, gastarse los rulemanes y aflojarse el chasis. O lo volvés a meter en el taller o lo hacés andar menos por la calle. El auto ya no está para ir y volver como a principios de año.
Óbolo tampoco.
Pero destaco el progreso, mínimo pero progreso al fin, que yo personalmente advertí en el equipo y las nuevas individualidades que asoman y que, sí me pregunto, por qué carajo asoman recién ahora señor
Zielinski. Me refiero a
Espíndola y a
Etevenaux. El primero estuvo sólido y firme, y me parece perfecto que no se proyectara si no le da para eso. De hecho, le dio más libertad a
Etevenaux para moverse de mitad de cancha hacia adelante. Y el
Ipi realmente no se entiende por qué recién ahora es considerado. En dos partidos ya aportó más que
Rigoni y
Mansanelli juntos.
En este contexto, además, creo que
Velázquez es insacable. Parece que ni estuviera en cancha a veces, pero siempre tiene al menos una jugada de gol. Con la sequía que tenemos, es una locura dejarlo afuera.
Finalmente, para
- elmer.jpg (49.89 KiB) Visto 4782 veces
- met.jpg (15.37 KiB) Visto 4782 veces
la selección.
Sdos.