El entrenador de Belgrano, Diego Osella, dispuso un trabajo táctico en Salsipuedes y armó dos equipos. Para un lado, los “titulares”; y para el otro,
los remanentes. En el primero hay dos pelados que llaman la atención. Por un
lado está Christian Almeida, marcador lateral
izquierdo que llegó como refuerzo y tiene 29 años. Y el otro es Gerónimo Tomasetti, un juvenil de 18
que hace un
tiempito fue campeón con la quinta y está parado de doble volante central con
Federico Lértora a su costado.
Nacido en Oncativo y habiendo hecho
sus primeros pasos en Flor de Ceibo de esa localidad, Tomasetti se
sumó al Pirata en 2012: “Federico Bessone me había visto jugar en varias partes y
me llamó para que fuera a entrenar. Empecé con dos semanas de prueba, quedé para la
pre-AFA con ‘el Leo’ (Torres) y después pasé a la AFA”.
Su primera
pretemporada le llegó ahora con Osella y tuvo que pasar por la peluquería de Lucas “el Loco”
Acosta, porque el arquero se encargó de “bautizarlo” como al resto
de los debutantes con un corte peculiar, por eso hoy luce rapado.
“En mis principios jugaba de
enganche hasta que ‘el Vasco’ Zulueta (Leandro Zulueta, DT de la novena cuando
llegó Tomasetti) me puso de doble ‘5’ y me gustó mucho esa posición. De ese
momento no la dejé más. Fui mejorando en lo que es marca”, sostiene sobre sus
principios el juvenil.
El año pasado fue
campeón con la quinta en la AFA y ahora se lo incluyó en el plantel superior: “La verdad es
que las dos cosas son muy lindas. Porque el campeonato queda en la historia del
club y esto de la primera... Es lo que uno siempre soñó, en realidad las dos cosas son
soñadas. La diferencia es que el título es colectivo, del grupo y esto de la
pretemporada es un logro individual”.
Tomasetti tenía que
hacer la pretemporada con la reserva y estaba listo para ese nuevo
desafío, pero fue citado por Osella y hoy vive un sueño. “Te tienen entre
sedas (se ríe). El trato es especial”, cuenta Gerónimo.
Cada cosa en su lugar
Más allá de
que son sus primeros minutos en el equipo principal, el volante sabe que
muchas veces dura poco y que factiblemente en breve esté jugando en reserva o
en cuarta (su categoría en AFA): “Todo está en cada uno. Todos los jugadores pasan
por estos momentos y hay que saber estar tranquilo y no creérsela. Hay muchas cosas
que están fuera del campo de juego y es muy personal la manera en que se deben
manejar. Creo que lo más importante es hacerlo con humildad y nunca
irse a las nubes. Por eso, si me toca jugar en reserva o en mi categoría, lo haré pensando en
el equipo y en dejar todo. Tengo que agradecer a los cuerpos técnicos de inferiores
que siempre te aconsejan bien y te dicen que hay que saber que es de ida y
vuelta, y estar bien de la cabeza”.
Su familia es
toda simpatizante de la “B” y asegura que este momento es “brillante” porque va
pasar de “estar
en la tribuna viendo el partido junto a mi viejo y mi abuelo, a estar en la
cancha”.
Hoy en Rosario
podrá ser su día especial, para que su familia lo disfrute, para que su abuelo
“Coco” lo admire desde el cielo y para que su otro abuelo, “Quirquinchera” se
deleite desde la tribuna.