“Por carácter, eficacia y liderazgo, por su visión ofensiva en el juego y su trayectoria ascendente, entendemos que es el perfil que necesitamos en vistas de recuperar el protagonismo de nuestro equipo”. Con esas palabras y a través de un comunicado on line, Belgrano explicitó los motivos por los cuales resolvió contratar a Sebastián Méndez como entrenador del primer equipo pirata.
Todo ocurrió muy rápido. Por la mañana, Leonardo Carol Madelón pasó por Villa Esquiú para despedirse de los jugadores (“la relación con el plantel fue estupenda, decidí salir para ver si alguien puede mejorarlo”, declaró) y recibió palabras elogiosas del titular celeste Armando Pérez (“es una persona de bien y un entrenador capaz al que veníamos viendo desde hace muchos años, pero el fútbol es así”). Ya durante las primeras horas de la tarde se anunció que llegaba de “el Gallego” Méndez para reemplazarlo.
El ex DT de Godoy Cruz, al que clasificó a la Copa Libertadores, llega acompañado por Adrián González (exjugador de San Lorenzo) y Fabio Talarico (ex-River y Boca) como ayudantes de campo, y por Sebastián Martínez Córdoba como preparador físico.
Es el equipo que lo acompañó durante la exitosa gestión en el Tomba. Ayer viajaron en auto desde Buenos Aires hacia nuestra ciudad y hoy, por la mañana, serán presentados al plantel antes de dirigir la primera práctica en Villa Esquiú.
El debut del nuevo cuerpo técnico será el domingo, a las 14, ante Banfield, en el Florencio Sola, con arbitraje de Andrés Merlos.
Méndez cumplirá 40 años en julio y es padre de tres hijos (“es el rol que más me gusta”, supo decir sobre la paternidad). Se define como “un tipo con pocos amigos, pero buenos” y es de los que se toman un tiempo para pensar cada palabra. En algún sentido, derrocha una personalidad no muy común en el fútbol.
Hace un tiempo, en una entrevista íntima que dio a los canales oficiales de difusión de Godoy Cruz, el exjugador de Vélez, Celta de Vigo y Banfield, entre otros clubes, contó su sacrificada historia de vida.
“Nunca tuve condiciones extraordinarias para jugar al fútbol. Lo que soy se lo debo a mi familia. Mi papá se levantaba a las 3 de la mañana para trabajar. Imposible que no te quede ese ejemplo de vida”, contó.
“Mis padres trabajaban en una panadería. Eran de clase media-baja, y yo, de chico, me tenía que tomar dos colectivos para ir al club, hasta que me fui a vivir a Villa Luro y me iba caminando a Vélez. Ahí me crié. Como no había plata para las vacaciones, me la pasaba en la pileta del club”, dijo orgulloso de sus orígenes.
Pero Méndez también es un técnico “leído”, de los que tratan de no enfrascarse en el fútbol, aunque aplica los conocimientos que adquiere al manejo del grupo. “Mientras fui jugador leía y muchos me cargaban. Quería ser profesor de historia. Me había anotado incluso en una universidad; pero nunca llegué a ir. Pero no lo descarto para el futuro ni mucho menos. El jugador tiene que estudiar. Y si tiene un estudio terciario, mucho mejor”, opinó.
A Méndez se lo podrá ver por la calle, o haciendo las compras, ya que no se siente especial por tener un trabajo que trasciende públicamente. “No me gustaría estar encerrado en mi casa. Me gusta salir y estar en contacto con la gente”, adelantó.
Pero también es un analítico del fútbol, incluso cuando no dirige. “Un técnico trabaja mucho más cuando está sin trabajo. Es el momento en el que uno revisa lo que hizo. Miro carpetas, partidos… Y también aprovecho para leer filosofía”, declaró.
Predicamento, está visto, no le va a faltar a Belgrano con su nuevo DT.