No sé ni por donde empezar. No sé si llamarlo el mejor ejemplo o el
Ãdolo máximo. Quizás sea el que más veces y mejor la defendió o tal vez
sólo fue que un dÃa se enamoró de los colores como nosotros pero con la
diferencia de que él juega.
Realmente el hincha de Belgrano no es
muy exigente. No pide lujos, y festeja la humildad. Sólo nos gusta que
defiendan a esa hermosa camiseta como lo harÃamos nosotros. Pocos, muy
pocos, lo lograron y Juan Carlos fue y ES uno de ellos.
No conozco a una persona que lo conozca y tenga algo malo para decir de
él. Al contrario, muchos dieron vuelta atrás y terminaron entendiendo
que gritar en la cancha no lo hace un mal tipo.
No se quedó en
ser un empleado más del club. Laburó con responsabilidad y
profesionalismo siempre, algo que deberÃa ser normal y no lo es. Por
ello se lo valora, se lo quiere, se lo aplaude. Y a partir de este finde
se lo va a extrañar.
Tengo 25 años y voy a la cancha desde que
ni siquiera tomaba dimensión de dónde estaba. Me gustaba ir para patear
las botellas vacÃas de coca y jugar un fulbito en la tribuna de Alberdi.
Desde que tengo recuerdos, en todos ellos el arquero fue siempre el
mismo. El de la arenga, el de buzo colorido, el del pelo largo, el que
putea (una vez me contó porqué él siente que lo hace), el que en momento
importantes se le ocurrió atajar penales, el que se paró ante la cana
por defendernos mientras desprendiamos los trapos, el que tempranito
llegaba a Villa Esquiú a tomar mates y ser ejemplo.
Jamás en la vida me voy a olvidar el penal del ascenso y el de Brasil.
Este tipo logró, desde su lugar, marcar el camino. Guió siempre a sus
compañeros, algunas veces a dirigentes y hasta otras tantas lo hizo con
los propios hinchas. Son pocos, muy pocos.
A mi entender un club o
una pasión pueden crecer de muchas maneras pero sólo con amor y lealtad
pueden hacerlo de manera infinita. Olave lo hacÃa con amor y lealtad, y
eso es ser de Belgrano.
El Domingo deja de jugar pero no tengo
dudas que seguirá de alguna manera cerca de Belgrano y eso me deja un
poco más tranquilo.
Escucharlo decir "es el momento de alejarme"
fue triste. Me hizo acordar al dÃa que me tocaron el timbre de casa y
cuando abrà la puerta era él que me decÃa "feliz cumple papá". Un
diferente.
Muchos mueren de envidia por tener alguien asà en su club y jamás lo van a tener. Yo lo vivÃ, lo và y lo disfruté.
Por siempre en nuestros corazones.
#EternoOlave
Lucas Borsatto