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Montoya y Olave en Belgrano: cómo viven la competencia dos arqueros hinchas

La Voz del Interior | 02/07/2016


 

En  el inicio del siglo, Juan Carlos Olave y Germán Montoya formaban parte de un plantel que los tenía como tercer y cuarto arquero de Belgrano. Alguna vez, detrás de un arco y mientras se realizaba una práctica de fútbol, los dos se peloteaban uno a otro, pues no estaban en los planes de quien era el DT del celeste en esos años. 

“Alguna vez vamos a ser los arqueros de la primera”, cuenta Olave que le dijo a Germán mientras las espinas de un campo maltrecho se pegaban en su ropa. 

Y quiso la vida que ahora, en el 2016, los dos sean llamados a ser los arqueros del equipo principal de la “B”. Montoya, uno de los artífices del ascenso de 2006 en la cancha de Olimpo, en una noche fría en la que se atajó “todo”.

Olave, en el mismísimo Monumental fue parte de un equipo que sacudió al mundo del fútbol. Además, contuvo un penal y logró el último regreso del celeste a Primera. 
Pero la vida de un deportista está llena de sorpresas y Montoya dice: “Debuté en Primera antes que Juan, porque fue en el 2000 en un partido en el que el club estaba inhibido y atajó Gonzalo Vicente por Marcelo Pontiroli. Y lo expulsan en La Plata con Gimnasia”.

Fue el 1 de octubre de 2000 y en esa oportunidad jugó cuatro minutos. Sus primeros minutos en el equipo superior del Pirata.

Para los más jóvenes, aquellos años de inhibición, de juveniles poniendo el pecho, de planteles que no cobraban, parece algo muy lejano en el tiempo y fue no hace tanto. 

“Fue mala, bien mala aquella época y cuando éste presente se empezaba a gestar me tocó irme. Pero, bueno, el mérito es de los chicos que lograron consolidar al equipo en Primera”, dice Montoya, quien en 2007 se fue del celeste y con su salida se abrió la puerta para el regreso de Olave.


El orgullo de ser de acá

Con el regreso de Montoya, Belgrano tiene ahora dos arqueros que las pasaron a todas, porque fueron suplentes, llegaron a Primera, mordieron el amargo sabor de la derrota (Olave en 2002 y Montoya en 2007) y obtuvieron un ascenso cada uno.

“Los jugadores que han pasado dejaron una huella. Y cuando uno vive las cosas que vivimos se crea un arraigo, una pertenencia. Algo que un club no puede perder, pero no sólo en sus jóvenes. Cuando llega un muchacho nuevo, es bueno que se encuentre con alguien que ha vivido la historia del club, para que sepa dónde vino”, manifiesta Olave.

La unión de ambos con Belgrano se da por una cuestión sentimental, porque lo llevan en el corazón, pues les tocó pasar por las buenas y las malas.

“Cada cosa que te pasa hace que el vínculo con el club no se pueda cortar. Cuando volví, lo hice porque quería mi revancha y vine para ascenderlo y lo logró... ahora él vendrá para sacarlo campeón”, agrega Olave mientras ambos se sonríen, al tiempo que deja en claro que se conoce muy bien con su “competidor”.

“La realidad no debe confundirnos, el club está ordenado, pero el hambre de crecer y hacer bien las cosas es inclaudicable. Nos tocó remarla y pasar necesidades, pero como dijo ‘Juanca’ cuando estaba en España: ‘entre Belgrano y yo no hay ni distancia ni olvido’ y así debe ser”, cuenta Montoya.

“Lo lindo de este regreso es que lo hago porque lo siento. Sino fuese así, capaz que ante otra oferta uno decía no, pero ni lo dudé cuando me llamaron”, prosiguió el arquero ex Rafaela.
“Sabemos que los dos queremos un puesto, pero está bien que así sea porque tenemos la esencia de Belgrano y eso es lucharla y pelearla, sabiendo que para disfrutar hay menos cosas que para sufrir”, agrega Olave.

Ser parte de la historia

“A él le tocó en el 2006 y a mí en el 2011 y capaz que en aquellos años cuando casi que eramos descartables, no los podíamos imaginar, pero los dos soñábamos con jugar en la primera de Belgrano y trabajamos para hacerlo y lo hicimos”, dice Olave.

Ambos cargados de historia, vuelven a compartir un plantel y es parte de lo que el club siempre quiso: jugadores que sepan lo que es Belgrano y cómo se debe vivir para Belgrano.
“Es un proceso en el que se regresa cargado de ilusiones. Hoy la trae Germán. Espero que se dé con muchos de los chicos que se han ido como Franco (Vázquez) o Matías (Suárez), que cuando les toque volver, vengan como yo en 2007: con muchas ganas y el objetivo de comprometerse con Belgrano”, dice Olave.

Por su parte, Montoya agrega: “Belgrano me dio las herramientas para hacerme profesional, las ganas de crecer y me abrió las puertas para vivir de esta profesión. Además me ayudó en un montón de aspectos, porque lo hice como jugador, con mi familia y en la vida”.

Los dos han cantado en una tribuna, se han puesto la ropa de profesionales, pero lo importante es que ambos saben lo que es Belgrano para ellos.
“A mí lo que es Belgrano me representa. Porque soy así, mi familia es así: puro sacrificio y esfuerzo”, define Olave.

“Belgrano es sufrir para disfrutar. Por eso uno se arraiga tanto al club y cuando algo no sale lo bien que uno se lo imagina, duele muchísimo. Te sentís responsable”, prosigue Olave.

Belgrano los ha marcado de por vida, los dos están en la historia del club, éste puede ser el último campeonato de Olave defendiendo los colores del Pirata. Éste es el año del regreso de Montoya. Lo que sí, para los dos jugar con el escudo del club de Alberdi en el pecho los llena de orgullo y los hace entender que los sueños son posibles con esfuerzo y sacrificio.

“Lo más lindo de jugar en Belgrano es su camiseta y su esencia. Me voy a pelear con el que sea para que no se cambie lo que es Belgrano. Porque este club es lo que conocemos, es sacrificio y amor propio”, define Olave.







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COMENTARIOS

Usuario: Anonimo
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Usuario Registrado Anonimo - 181.10.8...
esta bien pero prefiero olave
06/07/2016 20:20

Usuario Registrado Anonimo - 181.171....
OLAVE siempre te admiré, pero tendrías que haberte ido en forma y tiempo porque creo que tenés menos reflejo que el LONGEVO PEREZ.
02/07/2016 20:24

 
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