"Siempre que haya predisposición de las dos partes, no habrá inconvenientes para ponernos de acuerdo. Ni el café hace falta. Lo que yo siempre priorizo es que haya intención. Ellos (los dirigentes) ya me han expresado que tienen la intención de que siga y bueno… será cuestión de charlar”. Así, el arquero de Belgrano prácticamente confirmaba lo que todo el pueblo pirata venía esperando: que haya Olave para rato.

Si antes se lucía por acumulación de atajadas, ahora hay que decir que Olave se destaca por responder con solvencia cuando es llamado a hacerlo. Ante Tigre, Defensa y Justicia y Estudiantes, tuvo intervenciones decisivas para que Belgrano retuviera los tres puntos. “Muchas veces se destaca una atajada, pero hay que destacar el trabajo del equipo, que hace que nos estén llegando poco. Habla del sacrificio y de la solidez que logramos recuperar, porque hubo un momento en el que nos llegaron bastante. Al arquero le da tranquilidad cuando el equipo está sólido. A veces te pasa como en el primer tiempo ante Estudiantes, que la única que me patearon fue adentro; y otras como en el segundo, que pude salvar lo que hubiera sido el empate”, explicó.

¿Hay secretos para mantenerse tan vigente, a meses de cumplir los 40? El propio “Juanca” lo revela. “El jugador no juega por una cuestión de edad solamente. Inciden el profesionalismo, el cuidado y la mentalidad. Es clave seguir teniendo objetivos por delante y no acomodarse a una determinada situación. El fútbol no se disfruta. Uno se entrena y se prepara para ganar. Cuando te conformás, te empezás a retirar”, responde y cada palabra que dice se ajusta a su forma de sentir el fútbol y, también, a las renovadas motivaciones que le ofrece Belgrano.

“Nosotros tenemos desafíos constantemente en el club. Hemos ido creciendo, no a pasos agigantados como nos piden algunos, sino dando pasos cortos y firmes. A nivel grupal, quiero seguir consiguiendo logros y que el club se siga posicionando entre los mejores”, afirmó en diálogo con Mundo D.

A la par de los más chicos

Claro que, más allá de la evolución de Belgrano y de los objetivos grupales cada vez más ambiciosos, Olave necesita trazarse sus propias metas para continuar vigente. “Mi desafío es diario. Yo tengo compañeros a los que doblo en edad, pero mi desafío es seguir entrenándome a la par de ellos. Es una forma de autoexigirme. No me gusta ‘manejarla’. Soy muy exigente conmigo”, reveló el “1” celeste.

Mientras su continuidad en el arco del Belgrano 2016 va tomando forma, el jugador con más presencias en la historia del club trata de no pensar en otra cosa que no sea el objetivo trazado: meter a la “B” por primera vez en su historia en la Copa Libertadores de América. “Estamos con la cabeza en la clasificación a la Copa”, dice sin ruborizarse. El próximo lunes, Huracán será el escalón por subir para meterse en la liguilla. Lo que vendrá después será aún más difícil. Pero Olave, se sabe, vive de los desafíos.