Siempre se hace difícil describir o comentar un partido de fútbol que no tiene emociones máximas, llámese goles. Pero hay partidos entretenidos por la dinámica del juego, por la manera en que un equipo inclina la cancha a su favor y el otro se repliega para defender su vaya, por los casi goles producto de remates que impactan en el palo o de atajadas majestuosas. Pues todo eso tuvo el partido que animaron Granates y Celestes.

En los primeros 20' del inicial, Belgrano lograba intentar su juego, el de esperar y salir rápido a través de quienes mejor tratan el esférico. Pero luego Lanús despertó y fue el turno del local para inclinar la cancha hacia las barbas de Olave, que se las vio feas en un par de remates sucios que terminaron con rebotes en el travesaño y otro en el palo derecho, con intervención de Melano, que entró rápido en el partido por la lesión de Benítez. Belgrano, intentaba llegar jugando al fútbol con la pelota dominada, pero nunca logró tener una clara para romper la igualdad.

En el complemento, mucho más de lo mismo con la diferencia que Belgrano se dedicó más a cuidar que a atacar. Debía solucionar la subida que Lanús por las bandas y controlar la lluvia de centros al área. Ahí fue cuando el "Ruso" mandó al campo de juego a Mansanelli y a Parodi. El "Indio" para pararse al lado de Farré en lugar de un agotado (y golpeado) Prediger, y Parodi por Lucas Zelarayán de poca actuación en el trámite. Pero al poquito tiempo, precisamente a los 26', Renzo Saravia pisó sin querer a un rival en el centro de la cancha y Herrera le sacó la segunda amarilla, seguida de la roja. De esta manera, otra expulsión más condicionaba a Belgrano que optó por cuidarse, ya que Lanús con más desesperación que con ideas claras, iba a buscarlo a Olave como sea. El Pirata no logró plasmar su idea de juego, pero el desgaste y el esfuerzo por no dejar caer su vaya, fue heroico. Es decir, Lanús merecía el gol, pero Belgrano por su esfuerzo, no merecía perder. ¿Usted cree en milagros? pues si el cabezazo final entraba en el arco de Monetti, hoy se haría devoto de algún santo seguramente. Y sólo sería eso, un milagro como premio para el que no mereció.

A pesar de el resultado en cero, fue meritorio el trabajo de Fernando Márquez y de Óbolo, sobretodo en la segunda parte, por aguantar lo poco que le llegaba y parar el balón. Atrás, Pérez y Lema cumplieron en el área chica para contener a Silva y a todos los que subían a cabecear, aunque los laterales (aún con Saravia en cancha) se les fue haciendo difícil contener las subidas de Acosta y Melano.

En síntesis, como se dio el partido, el punto traído de Buenos Aires es más que positivo para Belgrano, y sirvió para sumar de visitante. Sin dudas que este empate tendrá más valor, si el domingo Belgrano consigue los tres puntos ante River Plate en Córdoba.

Lanús: Fernando Monetti; Carlos Araujo, Gustavo Gómez, Diego Barisone y Maximiliano Velázquez; Víctor Ayala, Matías Fritzler y Jorge Ortiz; Oscar Benítez, Santiago Silva y Lautaro Acosta. DT: Guillermo Barros Schelotto.

Belgrano: Juan Carlos Olave; Renzo Saravia, Claudio Pérez, Cristian Lema y Sergio Escudero; Emiliano Rigoni, Guillermo Farré, Sebastián Prediger y Lucas Zelarayán; Fernando Márquez y Mauro Obolo. DT: Ricardo Zielinski.

Cambios: en el primer tiempo: 17m. Lucas Melano por Benítez (L). Cambios en el segundo tiempo: 20m. Nicolás Aguirre por Ayala (L); 25m. Lucas Parodi por Zelarayán (B) y César Mansanelli por Prediger (B); 30m. Jorge Velázquez por Rigoni (B); y 33m. Sergio González por Ortiz (L).

Amonestados: Araujo, Silva y Fritzler (L). Lema y Farré (B).

Incidencias en el segundo tiempo: expulsado 26m. Saravia (B).

Estadio: Lanús.

Árbitro: Darío Herrera.