La historia toma forma en Buenos Aires. Tiene su primer capítulo en un colegio. Dos adolescentes, Luis y Nancy, se conocen, se enamoran, forman pareja, se casan y empiezan a construir una familia. Luis es tucumano, jugador de fútbol desde que dejó los pañales. Es un defensor central aguerrido y con técnica que recorre las ligas infantiles de Tucumán y Jujuy. Tiene talento y llega a la Capi para hacer carrera. Y la hace: tiene su chance en Boca, donde lo dirige el emblemático Toto Lorenzo, allá por los '70. Nancy, que es nacida en Quilmes, sigue su sueño y lo alcanza: se convierte en veterinaria. Pero como en toda historia, hay un quiebre: Luis y Nancy deciden seguir un camino. Ese camino es un cambio de residencia: de Baires a Las Perdices, en el interior de Córdoba. Ella hará lo suyo con un fuerte trabajo en el campo; y él también: jugar al fútbol. 

Mientras él sale campeón con San Lorenzo de Las Perdices, en la liga de Villa María, y ella le da una mejor calidad de vida a los animales, Luis y Nancy dejan de ser sólo dos. Romina, Pablo, Melani, Matías y Ailén entran a su mundo y lo transforman. Y entonces los Chavarría se convierten en una familia relevante en Las Perdices. Por Luis y Nancy, por lo que ellos hacen y por los que sus hijos empiezan a hacer. 

En la casa se habla de fútbol y todos son futboleros. Pablo y Matías empiezan en el Baby y se les ve pasta para llegar. Y, como Luis, llegan. A los 16, Pablo se suma a las Inferiores de Belgrano. Hoy Pablo es “Pablo Chavarría”. Es el delantero encarador del club Lens que juega en la primera división de Francia. Es el que fue titular durante dos campeonatos en el Pirata. Es el primer socio que tuvo el Picante Pereyra. Es el que dejó Alberdi para sumarse al Anderlecht de Bélgica en 2010. 

Mientras, Matías continúa el rumbo de Pablo. Hace las inferiores en la B. Como buen 9, hace goles, llega hasta la Cuarta de AFA, pero no logra el debut en la primera celeste. Eso no lo desanima y hoy está en el Yverdon Sport FC, club del ascenso en Suiza.  

Luis es el DT de Acción Juvenil de General Deheza y, además, es seleccionador de juveniles con estrecho vínculo con Belgrano. 

Nancy no está desde hace algunos años.

“Lamentablemente, el tiempo de ella terminó, pero el nuestro sigue y tratamos de vivirlo de la mejor manera”, dicen Luis, Pablo y Matías, reunidos para una Navidad en familia.  

“Siempre hablamos de fútbol, de qué otra cosa vamos a hablar, ja”, se ríe Pablo, quien en las próximas horas regresa a Francia para la segunda rueda de la Liga. “Con las carreras de cada uno, cuando nos juntamos tratamos de disfrutarlo”, explica Matías, que también arma las valijas para arrancar los trabajos con su equipo. Para los hermanos, Belgrano es el mejor de los recuerdos. “Sé que voy a volver a Belgrano y es algo que me encantaría. Nunca jugué en Primera”, se sincera Pablo, de 27 años. Matías, de 21, no tiene rencores: “Yo le estoy agradecido. A veces se te da, a veces no. Hice muchos goles en las inferiores, viví muchos años en la pensión y me formó como persona”. Nunca jugaron juntos profesionalmente. “Harían buena dupla. Espero dirigirlos alguna vez”, dice Luis, de 58 años.  

En el patio de la casa de los Chavarría, mientras los brindis navideños iban y venían, un chiquitín andaba pateando la pelota que le trajo Papá Noel. Es Bautista, el pequeño hijo de Pablo, que ya da muestras de tener el gen futbolero. Chavarría, la familia fútbol, tiene futuro asegurado.  

Las nenas de la familia "también saben jugar". Romina (29 años), Melani (25) y Ailén (18), las chicas de la familia, también son futboleras. “Saben jugar. Dos de ellas podrían ser buenas centrales; y la otra, una gran lateral, ja”, las define papá Luis. “Nancy, mi mujer, siempre se sorprendía de la capacidad que tienen las tres para jugar a la pelota. En un picado con los varones, se defienden, eh”, recuerda Luis. 

“Las chicas siempre me reprochan que nos las apoyé para que sean jugadoras de fútbol, ja, ja. Hoy cada una tiene su profesión, les va bien, pero les gusta patear cuando se reúne la familia. Romina y Melani trabajan en diseño y Ailén estudia para veterinaria, como su madre”, sigue contando Luis.

“Se puede pensar que a ellas les gusta el fútbol porque yo soy futbolero, pero mi mujer también era muy futbolera. A todos nos gustó el fútbol siempre. Somos de ir a ver a los chicos (Pablo y Matías) y de ir a ver cualquier partido que se juegue en el pueblo nuestro (Las Perdices) o en los pueblos de la zona. Las chicas siguen mucho la carrera de los hermanos. Con orgullo puedo decir que somos unidos”, cierra la historia Luis, esperando por más nietos que, intuye, serán futboleros como Bautista.  

QUIÉN ES PABLO. Delantero por afuera, tiene 27 años. De 2008 a 2010 jugó en la primera de Belgrano. Hizo 11 goles. Jugó en Bélgica: Anderletch, Eupen y KV Kortrijk. Ahora está en Lens de Francia y es titular en ese equipo de la elite francesa. 

QUIÉN ES LUIS. Tiene 58 años, es tucumano. Fue defensor. “Con técnica, eh”, se define. Jugó en Boca en los ‘70. Actualmente es el técnico de Acción Juvenil de General Deheza. Además colabora con Belgrano en la selección de juveniles del interior provincial

QUIÉN ES MATÍAS. Es delantero central. Nacido el 3 de febrero de 1994, hizo las inferiores en Belgrano. Actualmente está en el Yverdon Sport FC del ascenso en Suiza. “Es un club muy ordenado y espero rendir para dar un salto a otra liga en el futuro”.