Junto a Valeria, Luicano espera por Lourdes, que nacerá en marzo. El defensor Pirata atraviesa un gran momento
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Pero Lollo no es un talismán. A poco de cumplir los 27, es uno de los jugadores más cotizados del plantel celeste. Sin embargo, no se marea. Se lo toma con esa calma pueblerina que heredó de su Alejo Ledesma natal. Esa misma calma que le transmite Valeria, su mujer, y la dulce espera de Lourdes, que en marzo se hará conocer.
Después de un triunfo resonante, cuyos ecos retumbaron mucho más allá de una Bombonera vacía, el autor del segundo gol del Pirata (ya le había convertido a Lanús, también de penal, en la primera fecha) habló con Mundo D de este auspicioso momento del equipo.
–Ganarle a Boca en su cancha no es de todos los días...
–Se valoriza porque fue ante un equipo que maneja bien la pelota e intenta ser punzante. Belgrano volvió a demostrar que nunca se da por vencido. Y, más allá de los tres puntos que nos llevamos, el envión anímico es impresionante. Es cierto: ganarle a Boca en la Bombonera no es de todos los días. Pero no hay mucho tiempo para festejar. Tenemos un partido muy duro el jueves ante Newell’s.
–¿Qué cambió de un tiempo a otro?
–En el primer tiempo Boca nos desbordó mucho por los costados. Pero, en el segundo, nos acomodamos mejor y mantuvimos un orden que los puso nerviosos. Hay que rescatar lo positivo, pero también hay cosas para corregir y seguir trabajando, porque nos volvieron a hacer un gol de pelota parada.
"Los delanteros la están metiendo. Por eso creo que, si podemos bajar ese promedio de goles en contra, vamos a ser un equipo mucho más importante", contó Lollo.
–No es común que, después de un triunfo, se repare en los errores...
– Es que mi tarea es defender y nos hicieron cuatro goles en dos partidos; así que, más que nada, pienso en eso. Los delanteros la están metiendo. Por eso creo que, si podemos bajar ese promedio de goles en contra, vamos a ser un equipo mucho más importante.
–Por la envergadura de Lanús y Boca, ¿se puede decir que Belgrano está bien perfilado?
–Y... son equipos que van a pelear el torneo. Pero nosotros queremos ir paso a paso, planteando cada partido como una final y con los pies sobre la tierra porque, si no, uno termina haciéndose la cabeza con cosas que no tienen mucho que ver con la realidad. Eso sí: revertimos dos resultados negativos y dimos una prueba de carácter.
–¿Son un equipo molesto?
–Todos saben que este equipo nunca se da por vencido. Por más de que vaya ganando o perdiendo por dos goles o más, la entrega es siempre del 100 por ciento. Creo que eso es lo más meritorio que tiene este grupo: más allá de los nombres, cada jugador al que le toca entrar deja todo.
–¿Sentís que Belgrano es respetado como equipo?
–Lo respetan mucho y no sólo por lo que ha crecido futbolísticamente. Es un grande de la Argentina que, en Córdoba, siempre juega con más de 30 mil personas, un lujo que muy pocos se pueden dar.
"Es un grande de la Argentina que, en Córdoba, siempre juega con más de 30 mil personas, un lujo que muy pocos se pueden dar", afirma Lollo.
–¿Cuesta más que ese reconocimiento se dé en el puerto?
–La prensa de Buenos Aires siempre remarcó los errores de los demás y no las virtudes nuestras. Estamos acostumbrados. Pasó en la promoción, cuando dijeron que había descendido River y no que ascendió Belgrano. Pero eso no es motivo para bajonearnos ni nada de eso. Nada os hará desviar del objetivo.
–¿Y cuál es esta vez?
–El partido que viene, como siempre.
Los cuernitos. Cuando Lollo convirtió el gol del 2-1 parcial ante Lanús, por la primera fecha, el festejo tuvo una dedicatoria que no dejó dudas: escondió la pelota debajo de la camiseta, aludiendo al embarazo de Valeria. Pero, después de la ejecución del penal ante Boca (otra vez, el del 2-1 parcial para la “B”), que dejó inmóvil a Agustín Orión, las cámaras tomaron al defensor de Belgrano haciendo “cuernitos” con los dedos. Ayer por la tarde, cuando el plantel pirata “desembarcó” en el aeropuerto de Córdoba, el propio Lollo lo tuvo que explicar.
“A mi viejo le dicen ‘Chivo’ y es muy hincha de Boca. Un amigo de él me sugirió que, si hacía un gol, hiciera los cuernitos para ‘el Chivo’. Pensé que mi viejo se iba a querer morir, pero me dijo que no se dio cuenta de la dedicatoria. Se la tuve que explicar”, contó el zaguero.
Sus goles. Ya lleva 13 gritos (a sólo uno de Sebastián Brusco, Hernán Medina y Marcelo Bonetto, los defensores que más goles propios festejaron con la camiseta celeste en partidos oficiales de AFA), todos en encuentros diferentes, pero con una particularidad: cada vez que Lollo se anotó en el marcador, Belgrano no perdió. Le convirtió a Unión (2008), Almagro (2008), Ben Hur de Rafaela (2008), Unión (2009), Platense (2009), Quilmes (2009), Defensa y Justicia (2010), Independiente (2012), Arsenal (2013), Atlético de Rafaela (2013), Argentinos Juniors (2013), Lanús (2014) y Boca Juniors (2014).
