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Juanca Olave, jugoso

Día a Día | 02/12/2013


El portero no afloja en la diaria y entrena con sacrificio. Se nota.
El portero no afloja en la diaria y entrena con sacrificio. Se nota.
El domingo encuentra a Juanca Olave con las manos cansadas. No sólo por las pelotas bravas que sacó contra Arsenal el último sábado, sino porque con un palo desparramó las brasas para comer un asadito con los suyos. Cómo no reunirse para disfrutar tras el triunfazo 4-1 sobre el Arse, que le permitió a Belgrano pasar la barrera de los 25 puntos y así cumplir el objetivo de mínima.

“Me tocó hacer el asado. Una carnecita a la parrilla, algo rápido”, cuenta entre risas, y agrega: “Me gusta que note la sangre, je, je” A él, cuando juega, se le nota esa actitud temperamental, pero con los años aprendió a no marearse en las buenas, ni las malas. El difícil equilibrio que todos buscan.

En Sarandí, los cancheros todavía miran los arcos y no entienden cómo no entraron más pelotas. La respuesta es fácil: Olave. Y él mismo cuenta la tarde-noche para el cuadro. “Son momentos lindos para el arquero. Pero cuando uno es más joven mira más la actuación individual; ahora de grande sólo me interesa responderle al equipo y que éste funcione. Son etapas, pero ahora mi mayor tranquilidad es aparecer cuando se debe”, sostuvo a Día a Día el arquero de 37 años.

–¿Se disfruta más el asado o la bomba de media vuelta que le sacaste a Braghieri?

–Y… la pelota se disfruta más… (risas). Para uno que es arquero... son jugadas difíciles. Es una pelota casi imposible; el atacante tiene más chances que vos y uno le intuye la intención. Fue la más difícil porque después le metí un manotazo medio de ahogado, porque se venía Caraglio de frente.

–¿Es una cuestión de adivinar adónde va la bocha?

–No sé si adivinar, pero sí intuición. Es leer un poco la jugada. De tanta repetición en las acciones en las que participás, más el entrenamiento, hacen que a veces veas como se para el jugador. Siempre el arquero juega con la intuición y la velocidad de la pelota. Esa intuición te permite achicar el margen, ganarle un segundo a la jugada.

–Ahora, como todo arquero, te gusta tener acción...

–Me gusta responderle al equipo, no sé si tener acción. Me gusta que el equipo funcione y que seamos confiables.

–Pero uno ve que vas sacando pelotas y es como que te vas agrandando...

–Seguro que genera mucha más confianza y te ayuda mucho en el partido. Eso va en aumento, pero le pasa a todo jugador. Si intervenís y te sale, te potencia.

–¿Ves un cambio de aquel Olave de inicio de campeonato, a este del final?

–Fueron errores puntuales. Nunca perdí la confianza, me tocó fallar en uno o dos goles. Pero magnificaron las cosas porque fueron en partidos seguidos. Pero así como tomé con tranquilidad los momentos donde hubo errores, en los buenos hago lo mismo.

–Demolieron a Arsenal, candidato al título, con el juego que los caracteriza...

–Son estrategias, formas. Fuimos inteligentes para sacar provecho de las circunstancias del juego. Lo buscamos con astucia y dejamos que ellos fueran desesperándose.

Por como se dio le campeonato, si la B lograba regularidad en resultados, podría haber estado en la pelea. Y Juanca dice: “Como pensar, podemos pensar mil cosas. Pero no tiene sentido lamentarse, le sacás poco provecho, son cosas que ya no van a suceder. Pero es valorable, que con aquel mal arranque, (un punto sobre 12) hoy hayamos hecho una buena campaña”, cierra Olave. En la mesa, post asado, lo rodean Karina (su hermana), Mario (cuñado), sus sobrinos Genaro y Giuliano (que estudia para árbitro) más sus hijos Thiago y Arantza, y su esposa Ariana.

Todos se ríen porque en casa hay un arquero que saca pelotas imposibles; pero también un asado “con sangre”, para chuparse los dedos.

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