Etevenaux, Bardín, Figueroa, Berardo, Chava, Zelarayán, Saravia, Rigoni, Martelotto, Díaz, el DT Costantin, el PF Castex; abajo Castro, Ferreyra, G. Suárez y Álvarez.
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El último fin de semana, el Pirata venció 2-1 a Godoy Cruz, en Mendoza, y quedó a dos puntos (tiene 26) del líder Rosario Central. Pero más allá de los números, lo que importa es el camino, ese pasillo rumbo al gran sueño: llegar a Primera. “El fútbol es un todo que después se demuestra en cancha. Para ellos, compartir un vestuario con jugadores de experiencia que han vivido cosas importante les sirve. Aunque ya viven como profesionales”, agrega Constantin.
Hernán Castex, preparador físico de esta categoría y también de la Primera, marca un punto clave: “Lo más importante para destacar es que hoy la mayoría de los que juegan en Tercera (así también se la llama a la Reserva) son parte del plantel profesional y entrenan de la misma forma. A favor de ellos está el roce con jugadores del mejor nivel”. La distinción no es menor ya que otros clubes de Argentina trabajan con la Reserva apartada de primer equipo.
“Hay muchos clubes que la tienen separada. Acá, al entrenar todos juntos, es más fácil para un jugador en la adaptación”, sostiene Castex y Constantin define: “Le hacemos entender que el objetivo para ellos siempre tiene que ser jugar en Primera, pero si el finde toca jugar en Reserva, es como ir a la Selección y es el partido más importante”.
Llegar ahí es quedar a las puertas del debut en algunos casos. Conocidos son los ejemplos de los players que con Zielinski tuvieron su chance. El más reciente es Federico Álvarez, quien suplantó a Juan Quiroga cuando estaba lesionado. Otros nombres que ya tuvieron su incursión en Primera son el de Lucas Zelarayán (12 partidos), Renzo Saravia y, más acá en el tiempo, la inclusión en algunos cotejos de Emiliano Rigoni.
Si se trata de nombres propios, todos aportan. Pero Nicolás Ferreyra (defensor que le metió tres a River y lleva cuatro) y debutante ante Argentinos en el presente Inicial, opina: “En Reserva ganás rodaje y roce para estar preparado después”. Por el mismo camino transita el volante Gastón Álvarez Suárez, de 20 años. “Sirve jugar acá porque te rozás con tipos de experiencia. Me tocó enfrentar a Sánchez Miño, Erbes o Méndez, de Boca y así estás más curtido”, sostiene uno de los “goleadores” que lleva seis pepas en el torneo.
Otro que sabe jugar es Nico Castro, quien en la última pretemporada fue llevado a Necochea y hoy entrena con la Cuarta. “Es lindo verse arriba en la tabla, pero jugar en Reserva es la motivación por la posibilidad de estar en el primer equipo. Los más grandes nos aconsejan y uno trabaja día a día”, explica con humildad.
De aquel 1-1 en el debut ante Lanús, el equipo disputó 14 partidos: ganó siete, empató cinco y perdió sólo dos. Tiene 28 goles a favor y 21 en contra. Y Constantin utilizó “unos 30 futbolistas”. Para él, el trabajo no sólo se basa en lo táctico. “Hay que hablar mucho con ellos. Quieren jugar el partido que viene (el principal de Primera) pero la única forma de tener posibilidades es defendiendo su lugar en Reserva”, asegura.
La misma línea. Daniel Primo es el Gerente Deportivo de Belgrano y ahora también coordinador de las inferiores ante la salida de Chiche Sosa. Desde su lugar, aporta: “La Reserva es una categoría que viene con mucho rodaje. El objetivo es que sirva como paso previo a la Primera. Te da herramientas y su nivel es alto. Hay mucha dinámica, transiciones en el juego”, describe y argumenta la importancia de que exista dicha categoría. “Cuando Belgrano estaba en la B Nacional, se sufría porque el salto es muy difícil y varios jugadores quedan en el camino”.
¿Juegan igual el primer equipo y la Reserva? Constantin lo explica: “Hay un diálogo directo. La Reserva trabaja para la Primera. Si el Ruso me dice ‘ponelo a Zelarayán por la izquierda’, yo lo hago porque él quizá lo necesita. A lo mejor en mi partido no conviene, pero la idea es que después él pueda utilizarlos donde necesite”. Y ejemplifica: “En su momento me dijo ‘El Pica tiene que jugar 60 minutos (cuando volvía tras su lesión)’. Y, entonces yo lo saqué. Íbamos perdiendo, pero siempre es de acuerdo a los parámetros de la Primera”.
¿Y a la hora de la táctica? “Jugamos parecidos. Es un sistema 4-4-2, pero no porque el Ruso me lo diga. Yo coincido en muchas cosas con él y esto es un trabajo de equipo”.
Decidir, la diferencia. “En la toma de decisiones se ve el nivel de los jugadores. Fede Álvarez es un ejemplo. Entró aplomado. Dependerá del jugador ir madurando. Podés tener todas las condiciones, pero si psicológicamente no estás apto, se complica”, dice Primo y vuelve a hablar de Álvarez: “Tiene una proyección extraordinaria. Tiene edad, mente, rendimiento y absorbió contextos como el Gigante repleto”.
Y presenta un triple enfoque: Técnico-Táctico-Psicológico. “Necesitás de los tres. Podés adaptarte bien al contexto, pero si no tenés una buena técnica... yo siempre digo que mientras más recursos técnicos tengas, más posibilidades de éxito o menos de fallar habrá”.
Variadito. Pero la Reserva no sólo se compone de jugadores profesionales que ya cobran su primer contrato en algunos casos. El aporte también viene de las categorías Cuarta, Quinta o Sexta. En esa lista aparecen entonces futbolistas como los delanteros Joel Valdemarín y Nahuel Luján (5ª), Alexis Díaz (4ª) o Zárate, clase ‘93 y goleador de la cuarta de AFA con 14.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Según Primo y Constantin, y de acuerdo a números globales, del total de todas las inferiores en los clubes, alrededor de un 2% llega a concretar el gran sueño. Sí, el camino no es para nada sencillo.
“No es que si no jugás acá se te acabó la vida. No tengo dudas que todos los jugadores que componen la Reserva, si no tienen lugar en Belgrano, podrían integrar un equipo de B Nacional u otro de Primera”, afirma Primo.
Sobre el final, Abraham Rufail, vicepresidente de la institución, deja un mensaje: “Es anecdótica la posición. Lo bueno es foguearlos en canchas en las que luego jugarán profesionalmente. Ello son el patrimonio del club”.
Los que no debutaron sueñan con la primera vez; los otros, reman para volver a ocupar un lugar. Mientras tanto, la dejan chiquita.
El caso de los que llegan y esperan
Iván Etevenaux es volante por la derecha y es uno de los “referentes” hoy en Reserva. Su caso es particular. Lleva tres goles (Gimnasia, River y Godoy Cruz) pero subió al primer equipo en entre 2009-2010. No es un pibe, sino un tipo de 24 años que recién “debutó” en la máxima categoría ante Independiente en 2011. Pero hoy no tiene lugar y la rema.
“El fin de semana uno quiere demostrar que quiere estar en partidos de Primera. A los chicos del club se nos hace más difícil por los refuerzos, pero hay que pelearla”, sostiene el jugador nacido en Córdoba.
Para él, que antes disputó varios partidos en la B Nacional (integró el plantel que ascendió ante River) no le resulta fácil aunque no baja los brazos. “Estar bien de la cabeza es fundamental. No hay que caerse, el DT (en este caso por Zielinski) pregunta todo el tiempo y uno debe estar listo”.
En tanto, sobre el juego de la Tercera, diferencia. “A veces se corre más en Tercera que en Primera, ahí es más táctico”, dice Iván, que no va aflojar.
Opinión: "Controlar las ansiedades y reforzar sus confianzas", por Melina De Bernardo, psicóloga en las inferiores de Belgrano en el área psico-social
La Reserva es otro mundo, vendría a ser la universidad. En el club funciona el área Psico-Social (dos psicólogos y dos asistentes sociales) y en inferiores se abordan todo lo relacionado a la familia, los problemas económicos, personales. Todo ello influye en lo deportivo. Es importante acompañar este paso y desde el club se empezará a trabajar también en Reserva, además del seguimiento integrador que se hacen en inferiores. Una de las problemáticas son las ansiedades. Frases como ‘Estoy acá, pero no me ponen’. También trabajar en la organización del día a día. De repente se van a vivir solos a un departamento y venían de una pensión donde les tenían la comida lista o en la casa de sus padres. Y se ven en Nueva Córdoba y deben aprender a manejarse con las tentaciones, controlar la alimentación y el descanso. ¿Qué hay que tener en cuenta? Los posibles mareos por las notas. Y hay que recordar que estos chicos tienen su primer contrato, con todo lo que eso significa. Es clave reforzar la confianza, que crean en ellos.
