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Hace un tiempo, en el programa 100 por ciento fútbol, que se emite por radio Impacto, Armando Pérez, presidente de Belgrano, hacía pública la movida. “Hay que dar un paso adelante es ese aspecto, porque en Alberdi ya no entra más gente y queremos brindarle al hincha la posibilidad de jugar en el Kempes”, manifestó en su momento. Aquel puntapié –que hasta entonces se hablaba sólo de manera no oficial– fue el primer aviso en serio para los hinchas.
Y el fixture le guiñaba el ojo porque venía Central. De movida, el juego ante los rosarinos estaba programado para jugarse en el Kempes (por la seguridad hasta que prohibieron los visitantes). Pero por el horario y ante la segura pérdida de dinero al jugar a las 14 y en el Kempes, la dirigencia pegó el volantazo y lo mudó al Gigante.
Pero el de ayer fue el último partido que jugará el Pirata en el Julio César Villagra. Ante Colón, Tigre y All Boys se jugará en el estadio de la provincia.
Las razones. Según esgrimió Pérez en más de una ocasión, el principal motivo es que muchos hinchas se quedan sin ver a su equipo porque el Gigante tiene la capacidad agotada de socios. Pero, sin dudas, también hay un tema netamente económico.
¿Por qué? Al jugar en Alberdi, el club debe realizar un gasto en la organización del partido con operativos “costosos”, pero jugando allí no puede “recuperar” dinero porque no vende prácticamente entradas. En cambio, en el Kempes (por la capacidad), sí puede tener un ingreso mayor pese a tener que gastar en organización.
¿Dónde está la diferencia para la mejoría? “Tenemos la necesidad de incorporar más socios, son el sustento para que el club funcione”, expresó Pérez.
Todos ya trabajan en eso. En rever la campaña de socios, desde adentro admiten ciertos “errores en la captación”. Aunque a muchos hinchas no les guste, el Kempes es el lugar elegido.
