El partido llega al final y los jugadores lamentan el empate
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Acaso el karma es que le falta final. Nadie negará su clasificación a la Copa Sudamericana 2013 como un hecho histórico y loable. Pero, entró, en gran parte, por el genial Inicial con 36 puntos que lo llevaron inclusive a pelear el título en algún momento.
Pero en el Final se vio otro Belgrano. Al que quizá le costó menos generar chances de peligro pero perdió la efectividad que lo supo distinguir. Salvo con Quilmes, en la 9 fecha, con aquel 3-0, y en la 14ª con Argentinos (3-1), gritó poco y nada. Ayer, ante Tigre, sumó su cuarto partido sin festejar goles ni poder ganar.
Como si en el tanque de nafta sólo quedara reserva. Anoche sumó su décimo empate en un Final que lo encuentra con 22 puntos. Sí, lejos de aquella marca que entusiasmó a todos. Nadie duda de la intención ni de las ganas, pero Belgrano, de un tiempo a esta parte, se queda sin parlamento para convencer al gol. Resbala en la intrascendencia o elige mal el camino.
El viernes aparecieron los pelotazos sin destino cierto y el equipo cayó en la previsibilidad. Como si tuviera una gran idea pero se quedara sin tinta. Y sin goles, claro. De hecho, entre todos los delanteros marcaron cinco goles de los 13 que tiene el Pirata en total.
Lucas Melano marcó dos (Argentinos y Quilmes), dos de Márquez (Quilmes y Argentinos) y el Picante Pereyra uno a Colón. En la tabla de posiciones, el Celeste es el cuarto menos goleador del campeonato detrás de Boca (11), Argentinos (11) y Estudiantes (12).
No equivocarse. Es cierto, Belgrano ha realizado la mejor campaña en torneos cortos. Nadie podría discutir semejante logro. Pero en el corto plazo la mano vino cruzada. Sin la chispa necesaria para resolver en los metros finales o sacar a relucir un movimiento sorpresivo.
No al vicio, el cuerpo técnico analiza la llegada de un delantero. ¿Resolvería así el problema? En parte. Está claro que el equipo necesita un futbolista con juego para que rompa los esquemas y no caer en el enredo.
Nadie puede poner en duda la voluntad de un equipo que siempre se brindó. Pero a veces no alcanza con “los que hay que poner”. Después de todo, los goles siguen siendo determinantes.
El DT. Entre la calma y la paciencia. Nadie mejor que él para no perder el equilibrio. El Ruso, quien llegó a los 101 partidos dirigidos en Belgrano, apuesta por repetir hombres para la próxima temporada. Pero sabe que necesita “refuerzos” para dar el salto de calidad.
