El Cuqui habla de su presente en "la B"
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Por eso, durante los primeros seis meses, el examen fue permanente. “Es un buen proyecto, por eso lo trajimos”, justificaron desde la dirigencia. Por ello comenzaron a seguirlo a comienzos de 2012.
Después de transformarse en figura de Crucero del Norte y conseguir el ascenso a la B Nacional, no dudó en venir a Córdoba y sumarse a mediados del año pasado.
El primer semestre estuvo dominado por la irregularidad, pocas chances de mostrarse, mucho fastidio y decepción. “Me falta confianza. Me apuro mucho”, confesó por entonces.
Ricardo Zielinski confió en él y decidió llevarlo de a poco. Lo alentó en las prácticas como a ningún otro. Pero le exigió un plus para ponerlo de titular.
Ahora, todo parece cambiar en el horizonte del “Cuqui”, quien empezó a demostrar su capacidad con buenas actuaciones. El domingo pasado, ante Racing, en su segundo partido como titular, mostró chispazos de su jerarquía. Movilidad, control y buena ubicación fueron parte del repertorio.
El arquero Saja le sacó un remate con destino de red, pero, en la segunda que tuvo, ganó en el corazón del área y cabeceó de arriba hacia abajo, como indica el manual.
El “1” rechazó, pero Velázquez, que estaba abajo del arco, empató el partido. “Me sentí bien, pero creo que en general estuvimos bien en todas las líneas. El equipo respondió. Generamos varias situaciones de gol y ellos no nos complicaron con chances claras. No pudimos ganar pero estuvimos cerca”, contó el delantero santafesino de 25 años.
Márquez, cuyo pase pertenecía a Unión, adonde deberá volver a partir de junio, exhibe humildad y una autocrítica poco usual en el mundo del fútbol. Frases como “me falta”, “perdí pelotas tontas” o “si no rindo tendré que buscarme club”, caen de su boca con facilidad. Sin embargo se nota el afán de superarse.
–Fue tu segundo partido como titular, ¿agarraste confianza?
–Es lo que busco, sí. Y en lo que quiere el técnico, que juegue y que me sienta más tranquilo. Aunque perdí pelotas que eran muy inocentes, muy tontas. Esa es una de las cosas que quiero tratar de mejorar. Como tratar de aguantar más la pelota. A medida que vaya sumando partidos iré mejorando.
–¿En qué posición rendís más?
–Arriba, pero no en una posición fija. En el gol de Velázquez, Aquino hizo la jugada y se la abrió a Quiroga que justo me encontró a mí adentro. Trato de complementarme con el que me toque jugar.
–¿Cuánta diferencia hay entre Primera y el Argentino?
–Muchísima. Más que nada en lo físico. En Primera hay espacios, menos presión, pero en cuanto a lo físico es más difícil. No cualquier jugador se saca un marcador de encima con una gambeta, los rivales son más rápidos.
–¿Y en lo técnico?
–En el Argentino he visto jugadores de muy buen pie, pero que les falta en lo físico. Estuve dos años y medio en el Argentino y vi muchos.
–¿Un referente en tu puesto?
–Me gustó mucho Ronaldo, el fenómeno, el original, ja. Fue uno de los que más miraba por cómo encaraba y cómo definía, sutilmente. Hoy están Cristiano y Messi, pero son diferentes. De los de hoy el que más me gusta es Zlatan (Ibrahimovic), es fuerte y habilidoso.
–¿Sentís que debés rendir examen permanentemente?
–Tal vez, sí. Uno tiene que demostrar que puedo jugar, es lógico. Entiendo al hincha del club que exige. Es comprensible. Seguiré tratando de mejorar por mis compañeros y para que el técnico confíe en mí.
–A fin del año pasado no estabas conforme, ¿y ahora?
–He mejorado, pero falta. No estoy conforme, sí contento. Me gustaría poder gambetear y hacer cosas que hacía en el Argentino A. Sumando minutos lo voy a conseguir. Después de dos años y medio en el Argentino A, Márquez dio un salto que muy pocos logran concretar con éxito. Sin embargo, no se olvida de dónde viene.
–¿Seguís el Argentino A?
–Sí, miro bastante fútbol, de todo. Sé que Talleres está puntero en el undecagonal con Maipú y que Santamarina está “ahí”. Pero no es un tema que me interese mucho. Lo veo porque es fútbol.
–¿Tus candidatos? –Talleres, Santamarina, Maipú, que en su cancha es complicado... y no hay que descartar a San Martín.
