El “5” de Belgrano fue el motor de un medio celeste que pasó por encima a su rival. Un Boca que dejó mucho que desear.
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La memoria nacional lo tiene como un verdugo. El hincha de Belgrano como un héroe. Farré no es solo el del gol a River. No. El “5” celeste es equilibrio, orden, sacrificio, juego, dinámica, solidaridad. Y ayer en el estadio Mario Kempes desplegó esas virtudes nada más y nada menos que ante otro grande, ante Boca.
“El Farré niño festejó más este gol”
Luego de afirmar que “este presente es muy positivo para Belgrano”y que “hay que disfrutarlo” porque “el hincha se siente identificado, además, ya que ve que ponemos todo”, Guillermo Farré, la figura del triunfo celeste ante Boca se encontró con PODIO y ante la pregunta de qué gol disfrutó más el “niño interior”, el mediocampista sonrió y ante el brillo de sus ojos se sinceró: “El Farré niño festejó más este gol” ante Boca que aquel recordado ante River. Es que ese “Farré niño” tenía el “corazón millonario”.
El segundo tiempo de Belgrano fue casi perfecto, debido a la enorme producción del mediocampo que plantó Ricardo Zielinski. El abanderado de ese sector fue Farré, quien inició el cotejo por derecha, y por momentos se trasladó al centro. Fue creciendo con el correr del juego, a medida que crecía el equipo. Además, no la tuvo fácil. Debió luchar en su sector con uno de los futbolistas más prometedores del fútbol argentino: Juan Manuel Sánchez Miño. El pibe sufrió. Farré le hizo la vida imposible.
Belgrano se aprovechó de un endeble Boca, que se nota en el terreno de juego que no está bien. Incluso debió dar vuelta el resultado. Este equipo del barrio Alberdi se caracteriza por conocer sus limitaciones. Tiene una identidad, guste o no. Sabe a qué juega y cómo va a plantar los partidos. Y, quien mejor refleja esa idea es Farré.
Ah, y como si hiciera falta coronar tal juego, el pibe Lucas Melano lo asistió para que él, el mejor de la cancha, convirtiera un gol. El “5” que hizo “sufrir” a su familia “millonaria” con el gol en el Monumental de Núñez, ahora los hizo emocionar y gritar una conquista a Boca. Remató con dirección a la felicidad “pirata”; y con una sonrisa y los brazos levantados, celebró otro tanto a un equipo grande. Jamás será olvidado. Sí, Farré está inmortalizado.
