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Entonces César le pregunta a su hijo: “¿Tomás, vas a ver el partido contra Racing?”
Y Tomy responde seguro, como si el puñadito de años le alcanzaran para saber de la vida.
“–¿Sí, papá. Lo voy a ver porque vas hacer un gol”– le contesta sin pensar.
Y Carranza está donde tiene que estar. El arquero de Racing da rebote y la pelota cae en el más petizo. Pero uno de los más inteligentes. Pone la frente, la astucia, y lo grita con toda. “Da en el palo, entra justa la pelota. Siempre hay que intentar y sirvió para ganar un partido difícil”, contará después el ex Lanús, de 32 años y un paquete de ganas de lucirse en el Pirata.
Pero ya habrá tiempo para hablar del partido. Del parto cesaría que significó aguantar con nueve jugadores (por las expulsiones de Zapata y Barrios). Porque Carranza habla de su hijo. Eso es lo que más le importa. Es lógico.
Papá, el mejor. “Hablé con él ayer y le pregunté si iba a ver el partido. Me respondió que sí, porque yo iba hacer un gol. Anda bien el enano, ahora le voy a preguntar qué número va a salir así le juego”, dice entre risas. Esa risa que recuperó en el Pirata, después de andar desmotivado. Tiempo atrás lo había manifestado: “En Belgrano recuperé las ganas de jugar al fútbol”. Y se le nota. Lleva tres goles en el Celeste y sostiene un gran rendimiento. Exige siempre.
Y también fue Tomás quien le dio esos chirlos en los cuales los padres pasan a ser hijos. Tomás lo miró a los ojos y le dijo: “Papá, qué lindo es verte jugar de nuevo”. Esa frase fue después del partido ante Colón, en tierras santafesinas.
Anoche César Carranza estaba feliz. “Estoy contento con la entrega del equipo. Eso es lo más importante: mantuvimos el orden y dejamos todo. La entrega nunca puede faltar y le ganamos a un grande”, expresó en los vestuarios del Mario Kempes.
–Supongo que ahora le vas a preguntar siempre a Tomás si vas a meter uno golcito...
–El viernes, antes de viajar, le pregunto. Viene embalado el enano, mira si le pega de vuelta.
El petizo carga el bolso y se va. Piensa en Tomás. En sus palabras de niño. Justas. Que se clavan a la distancia. Que ayudaron a saltar a papá para que lo grite otra vez.
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El Ruso: Dejaron todo
Estaba feliz. No era para menos. Ricardo Zielinski, el entrenador de Belgrano, sabe que el triunfo de anoche ante Racing suma y mucho para lograr el objetivo final de quedarse en Primera. Pero esa felicidad jamás se manifestará en forma absoluta en sus palabras.
“Los jugadores hicieron un gran partido. Dejaron todo por el equipo y lograran un resultado muy importante”, manifestó el Ruso a la salida de los vestuarios, siempre predispuesto para el diálogo.
Consultado sobre el buen arranque del Pirata (ganó dos, empató tres y perdió sólo uno) el Ruso eligió la mesura. “Estamos tranquilos, la idea y lo importante es sumar. Nosotros peleamos el descenso y es un camino muy largo. No podemos desviarnos del objetivo”, explicó Zielinski.
Del juez, no. El desempeño del árbitro Diego Abal dejó varias dudas. Pero el DT de Belgrano trató de evitar referirse a la actuación del colegiado. “Prefiero no hablar de los árbitros. Cobran bien y mal y la verdad no quiero hablar, porque va a sonar a excusa y generalmente Belgrano no se excusa”.
Otro de los que habló fue Juan Carlos Olave, que resaltó la entrega de sus compañeros. “Ganamos por testarudos. En el segundo tiempo debimos soportar con nueve jugadores y demostramos que estamos fuertes. Fue un triunfo importante pero esto sigue”, concluyó el 1 del Pirata cordobés.
