Sin señal de humo en Belgrano | Club Belgrano de Córdoba

Ricardo Zielinski se distiende en el predio de Villa Esquiú.

Agarró un equipo que alguna vez fue el piso de la tabla en la B Nacional. Le cambió la cara. Metió varios triunfos. Llevó a Belgrano a la cuarta Promoción. Bajó a River en un suceso histórico del fútbol argentino. Hizo la mejor campaña del Pirata en Primera División. Llegó a los 52 puntos. Y no cambió. Está como aquel pibe de 18 años que jugaba en las inferiores de San Telmo y fue comprado por Argentino de Quilmes a cambio de un colectivo de línea. Humilde. Sin agrandes.

Así es Ricardo Zielinski. Un tipo común en su forma de hablar y andar en la vida. Tan común que asusta o cuesta encarar. Que convive en un fútbol muy distinto de su carácter. Como si estuviera exiliado aunque sin irse.

“Siempre soy igual, disfruto los logros, pero tranquilo. Esto es como la vida, alguna vez viene una buena, otro día tenés que bancarte la mala y ahí aprendés”, le dice el Ruso a un puñado de periodistas que saben que de su boca no saldrán declaraciones explosivas.

Sí, el DT de Belgrano, que vive momentos inolvidables, no cambia su perfil. A caso una de las claves para mantener a un plantel enfocado, sin entrar en vedettismos inconducentes. “Mirá, yo no ando con vueltas. Para guitarrear, son todos fenómenos. Te dicen que atacan con 10 y después, cuando ves los partidos, nada que ver”, dice abrigado en un camperón para darle batalla al viento en el predio de Villa Esquiú. Pero el ex DT de Patronato sí disfruta. Aunque su descarga sea fugaz. Como ese puño apretado apenas terminó el juego ante Vélez que significó cumplir el objetivo de quedar en Primera. “Me puso muy contento, cuando uno logra los objetivos con esfuerzo y humildad es bueno disfrutarlo. Pero lo que sucedió, ya pasó. Aparte, no hay tiempo para disfrutar”, dice con cierta resignación.

–¿Te parece bien que no haya tiempo de disfrute?
–No, no está bien. Pero no lo hay. Es complicado, en nuestro fútbol no hay forma. Hoy un entrenador ya está viendo el próximo partido, qué jugadores poner para lograr el objetivo. Es una picadora de carne, todos los días...

Nada defensivo. Desde que asumió en el Pirata y dirigió su primer partido, el 4 de febrero en el 1-1 ante San Martín (SJ), las principales críticas hacia él, por lo tanto al equipo, eran su estilo “defensivo”. Al respecto, el Ruso explicó: Siempre apuesto a jugar mejor, nosotros nunca queremos defendernos pero así fuera la idea no tendría dramas en decirlo. Sólo que a veces no jugamos bien, o inconscientemente queremos cuidar el resultado pero la idea es jugar lo más lejos de nuestro arco”, sostuvo Zielinski.

Cuando habla, no busca aprobaciones. Dice lo que siente. Sin calcular repercusiones. “Es la mejor campaña de Belgrano en esta categoría. Yo elijo jugar de una manera en la que creo que el equipo puede lograr buenas cosas. Quizá haya gente que elige otros caminos, otras formas. Pero lo de Belgrano es muy valorable, aunque siempre tienen algo para criticarle algún punto, pero no me jode”, dice el hombre de la barba candado que marcó un estilo.

–¿Le das más valor al fondo que a las formas?
–A las dos cosas. Me interesan ambas, siempre trabajamos de la misma forma. A veces te va bien y otras no tanto. Yo no juego un partido si pienso que no lo podemos ganar pero yo no festejo mucho si gano, sino cuando gano cosas.

Los flashes le apuntan a la cara una y otra vez. Pero él sigue en calma. Con el semblante de aquel pibe que no imaginaba este presente.

–Si no fueras Zielinski, y te vieras por la tele, ¿qué dirías de ese hombre que ha logrado tanto?
–Qué Zielinski es un técnico que no vende humo. Nada más.

Lo sabe Belgrano. Que sin señal de humo, nunca se perdió. Y siempre supo cómo y dónde ir.