El trabajo habla por sí solo. ¿O no? Sería bueno que nos preguntemos qué clase de persona son éstos dos señores (hablo de Primo y Bonetto, seres afortunados que merced al contexto actual del fútbol cordobés cuentan hoy con sendas oportunidades que en otra oportunidad ni siquiera habrían rozado), que se pelean por decir quién "sacó" (o "trajo") a quién, cual si se tratara de que pusieron en Belgrano un robot, inventaron la máquina del tiempo o descubrieron vida en Marte.
¿A qué lugar nos lleva el fútbol? Qué insensatez...! Qué falta de hombría de bien...!
Y ya que se van a "pelear" por lo "bueno" que ustedes supuestamente enseñaron, señores Primo y Bonetto, por qué no se pelean mejor por lo que omitieron enseñar: conductas antideportivas reiteradas -Luciano Lollo, Franco Vázquez, el propio Suárez en alguna oportunidad, Chavarría-, deficiencias conceptuales permanentes para con la lectura del juego -Maidana, Maldonado, Barrios, Lollo, siguen las firmas-, endeblez psíquica para con situaciones del mismo -todos-, mal cabezazo, mala definición, pases de cinco metros errados, el pelotazo como recurso de juego aceptado sin contemplaciones.
Señores Primo y Bonetto, ustedes tienen la cara como una piedra. Agradezcan a las madres de Matías Suárez, Franco Vázquez, Mario Bolatti, Germán Montoya, y cuanto otro aparezca. De ellas es el mérito, y probablemente del club de barrio o el potrero en que los chicos arrancaron.