Tenemos derecho a soñar, porque ese derecho lo ganamos con sufrimiento, lo defendimos con garra, lo ejercimos con pasión.
Tenemos derecho a soñar, porque el espíritu de lucha está en nuestro ADN y éso nos hace inclaudicables.
Tenemos derecho a soñar, porque nunca nada fue fácil para nosotros, nunca nos vino nada de arriba, nunca traicionamos nuestra esencia para conseguir un objetivo.
Tenemos derecho a soñar, porque dejamos el corazón dentro y fuera de la cancha, porque la entrega y el sacrificio son nuestra marca registrada.
Tenemos derecho a soñar, porque no sabemos de atajos ni salvoconductos y siempre elegimos el camino más largo para llegar a destino.
Tenemos derecho a soñar, porque sabemos de dónde venimos y jamás lo olvidamos, porque somos fieles a nuestro barrio y nuestra identidad.
Tenemos derecho a soñar, porque nos tropezamos tantas veces y otras tantas supimos ponernos de pié.
Tenemos derecho a soñar, porque jamás renunciamos a nuestros sueños y porque soñar, es parte de nuestra manera de entender la vida.
Tenemos derecho a soñar, porque no hubo victoria que nos hiciera perder la humildad que nos define.
Tenemos derecho a soñar, porque ni los descensos, ni los años de sequía ni las eternas postergaciones cambiaron el amor incondicional a estos colores.
Tenemos derecho a soñar, porque no te abandonamos Belgrano querido y renovamos en un grito compartido la promesa de no hacerlo nunca.
Tenemos derecho a soñar, aunque quieran convencernos de lo contrario, aunque la realidad tantas veces se ensañe con nosotros y la suerte se nos muestre esquiva.
Tenemos derecho a soñar, porque nos lo merecemos, porque somos dignos, porque no transamos, porque jamás bajamos los brazos.
Tenemos derecho a soñar. Sépanlo los que eternamente buscan negar nuestros logros, los que intentan invisibilizarnos, los que menosprecian el fénomeno de nuestra gente, los que minimizan la grandeza de nuestra historia.
Tenemos derecho a soñar y no sabemos hasta dónde se hará realidad nuestro sueño, ni sabemos tampoco si estamos volando demasiado alto en el cielo de las ilusiones infinitas, pero saben qué, por nada del mundo dejaremos a un lado la obstinada rebeldía que nos empuja hacia adelante, en busca del sitial que el destino nos tiene reservado.