Llegó en silencio, casi inadvertido, y se marcha convertido en ídolo y referente ineludible de un momento histórico del fútbol argentino. Sí, Guillermo Farré está en la galería de los valores más trascendentes que haya ofrecido Belgrano en 112 años. Pero su apellido, a la hora de la evocación, siempre estará acompañado de la frase que lo eternizará como “aquel del gol a River”, cuando el Pirata logró un ascenso épico a Primera tras hundir al gigante.

En honor a la verdad, su campaña de 327 partidos con la camiseta celeste transitó por varios momentos inolvidables, aunque difícilmente pueda despegarse de ese derechazo con el que venció a Juan Pablo Carrizo en el Monumental, el 26 de junio de 2011.

Apareció por Alberdi un lunes 6 de agosto de 2007, sin ruido y para empezar a perfilar el equipo con el que se pretendía reconstruir a un Belgrano que acababa de sufrir un nuevo descenso. Unos días antes se había marchado Mario Bolatti al Porto, de Portugal, y para el ojo del hincha, su relevo no aparecía demasiado atractivo.

En Córdoba, Farré era un auténtico desconocido del que sólo se conocía su lugar de procedencia: Central Córdoba de Rosario, un militante de la B Metropolitana. Pocos creían en la veracidad de los elogios que le dedicó al nuevo refuerzo su último DT en el conjunto rosarino, Oscar Santángelo. “Es un león. Un jugador de siete puntos todos los partidos, un todoterreno que puede jugar de ‘5’, de ‘8’ o de ‘10’ y es muy completo, ya que tiene cabezazo, potencia, estado físico y es goleador”.

Una década después de ese anuncio, Farré es parte de la historia grande del club. Para empezar, puede decirse que de los 1.224 jugadores que defendieron la camiseta del Pirata desde 1905, sólo dos de ellos acumularon más partidos que él: Juan Carlos Olave (382) y Luis Fabián Artime (336).

Sus 16 goles (10 en Primera y 6 en la B Nacional) tuvieron el plus del sentido de la oportunidad: sólo uno de ellos no sirvió para sumar puntos (1-2 vs. River, el 10 de febrero de 2013). Su último grito significó el empate ante Talleres en el clásico (1-1, el 15 de abril pasado).

Relevo de Bolatti

Al mediocampista nacido en Colón, Buenos Aires, le costó ganarse la confianza del técnico Francisco Ferraro. No le ayudó el hecho de cumplir una fecha de suspensión pendiente de su anterior club y, por eso, recién pudo presentarse en la segunda fecha de la B Nacional, ante Chacarita (18/8/2007), en el Gigante. Belgrano ganó 1-0 con gol de Matías Suárez, y él ingresó a falta de cuatro minutos por Juan Casado.

Una semana más tarde, ante Instituto, ya tuvo mayor rodaje y jugó más de media hora en un nuevo triunfo del Celeste, esta vez por 3 a 1. “Se presentó con personalidad y no defraudó”, escribió el periodista Pablo Ocampo en La Voz del Interior, quien lo calificó con un 6.

Lo que vino después pertenece al resurgir de Belgrano. Luchó durante cuatro temporadas para llegar a Primera y, tras el ascenso, fue uno de los “intocables” en la campaña que finalizó compartiendo el subcampeonato del Apertura 2011. Su ascendencia en el plantel le valió la capitanía, y las clasificaciones a la Sudamericana y un nuevo subcampeonato compartido en el Inicial 2012 fueron otros puntos altos en los que Farré tuvo destacada participación.

El futuro le depara aún otro horizonte como jugador en el que tal vez consiga encadenar algún logro más a su carrera. Tendrá muchas batallas de las cuales presumir, pero en el mundo del fútbol siempre será “el del gol a River”.