De esta manera se convirtió en un hecho histórico. Nunca antes en un club de Córdoba hubo tanta participación. Es más, hace 20 años había sido la última vez que dos candidatos fueron a las urnas en la “B” y sólo votaron 485 socios ¡Sólo 485! Fue en 1997 y cuatro años después se fue a la quiebra la institución celeste. En esa poca participación quizá se pueden empezar en encontrar los motivos de la debacle posterior.
También sirve de ejemplo lo que pasó hace casi tres años en Talleres, en donde votaron 1.406 socios albiazules entre Andrés Fassi (quien ganó los comicios con el 78 por ciento de los votos) y Gustavo Lawson.
Lo interesante a analizar de la elección del socio de Belgrano ayer fue la categórica ratificación del rumbo que hace 12 años tuvo a Armando Pérez como presidente y que a partir de hoy tendrá a Jorge Franceschi como su sucesor. “La Torta”, como le dicen los más íntimos, no es un paracaidista que viene a ver qué hace. En esos 12 años de gestión de Pérez, Franceschi fue la mano derecha del titular del Pirata. Era el brazo ejecutor de la gestión, primero como gerenciamiento y luego del levantamiento de la quiebra como club de los socios.
Más allá de que Pérez anunció que seguirá estando cerca de Belgrano, a partir de anoche no ocupa cargo en la nueva comisión directiva del Pirata. Seguramente será un distinguido asesor de la “nueva” gestión de Franceschi que tendrá nada más ni nada menos que suceder al presidente más exitoso de los últimos tiempos del club de Alberdi. ¿Es el mejor de la historia? Es motivo de otro debate porque Arturo Orgaz (uno de los fundadores del Celeste), Salvador Martínez (fue 27 años presidente de la “B” y en su gestión se construyó el Gigante de Alberdi) y Alfredo Escuti (forjador del gran Belgrano de los Nacionales).
El socio eligió seguir por el mismo camino que marcó Armando Pérez. No influyó el actual pésimo momento deportivo ni tampoco la incertidumbre por la sanción por la muerte de Emanuel Balbo. Ahora es el turno que Franceschi marque su camino. Que sea el mejor para Belgrano.
Por Guillermo Puente @gpuente_mundodEditor de Mundo D