Belgrano arrancó 2017 y los sacudones internos en el plantel hicieron que el panorama fuese cambiando casi a diario. Fue cuestión de horas para que varios de los jugadores emblemas dieran un paso al costado por voluntad propia o por determinación de los dirigentes o el cuerpo técnico.

Lo cierto es que hay espacios que quedaron vacíos y que no será sencillo ocupar. En diciembre, cuando Juan Carlos Olave decidió dar un paso al costado y colgar los guantes, no sólo que los caños se quedaron sin custodia, sino que en el vestuario hubo un espacio que alguien deberá ocupar.

Nadie puede reemplazar a los ídolos, pero la necesidad de tener a un jugador en el rol de “referente” es indispensable para el grupo. Germán Montoya le dijo a Mundo D que hay roles que se eligen y otros que te toca cumplir. Nada más cierto, pero ¿quién lo hará en 2017?

Guillermo Farré se queda en el club para ser el referente, el capitán y el líder del equipo. Pero no se puede saber si podrá solo con esta tarea. Porque con las partidas de Mauro Obolo, José Rojas y Mario Bolatti, tres de los jugadores con más experiencia, dos de ellos de pasado de selecciones y con mundiales jugados, generaron un cono de sombras en el centro del vestuario.

Entonces, los ojos se posan sobre Matías Suárez para que tome la responsabilidad y se haga cargo de ser un ícono en el equipo. Que con su presencia motive y conduzca a los más jóvenes. Porque Belgrano lo necesita.

“Seguramente con el correr del tiempo, se irá viendo quién puede ser referente en el vestuario. Porque aquí tenemos que ser un grupo y tirar todos para el mismo lado. Es obvio que hay jugadores con más experiencia y que se le puede pedir consejos, como es ‘Guille’ (Farré), quien lleva un montón de tiempo en el club. Por eso tendremos que apuntalarlo entre todos porque es un jugador importante para el grupo”, dijo el delantero.

Pero Suárez sabe que su llegada revolucionó la vida íntima de Belgrano y que todo lo que la gente espera de él en cancha, también debe mostrarlo puertas adentro en el vestuario: “Cuándo a mí me tocó subir al plantel de Primera, lo que intenté hacer es aprender de cada uno de los que estaban en el vestuario conmigo".

Y agregó: "Por supuesto que a los más grandes hay que escucharlos, porque son ellos los que te van a dar una palabra justa. Pero también, muchas veces no hace falta que los grandes hablen, solamente; con mirarlos se pueden aprender cosas de ellos”.

Para el ex-Anderlecht será un semestre especial, porque se espera mucho de él, no sólo por parte de los hinchas, sino también de sus propios compañeros: “Me siento bien y quiero recuperar mi potencia física y mi velocidad para hacer la diferencia. Hoy estoy confiado”.

–¿Cuáles son los objetivos en el corto plazo?

–Tenemos que mejorar lo que se hizo, porque no fue bueno. Aquí tenemos que entrenar a pleno todos los días porque debemos llegar de la mejor forma al arranque, en el que tenemos una serie de partidos bien complicados.

–¿Son demasiadas cosas para mejorar?

–Son muchísimas y todos los días debemos hacerlo si queremos salir de este incomodo puesto en el que nos encontramos.

–¿Y las bajas cómo los han afectado?

–La verdad es que esta es la parte fea que tiene el fútbol, porque no es solo que se juega a la pelota con ellos, sino que se comparten cosas, momentos con la familia y hasta cuando no estás en tu casa te hablas por teléfono y esas cosas. Muchos de los chicos que se fueron son amigos, pero las decisiones que toma el entrenador deben ser respetadas.

–¿En lo personal, cómo te encuentra el inicio del año?

–Con ganas de hacer una pretemporada a pleno. Porque hace un año que no la hago a full y espero aprovechar esta para llegar de la mejor manera al inicio. Te digo que tengo mucha fe que el equipo saldrá adelante. Tenemos un buen plantel y aunque se fueron varios muchachos importantes, sé que hay material para hacer un buen equipo y espero que estemos a la altura de lo que pretende el entrenador en el juego y en todo.

–Me imagino que deben estar entre dolidos y enojados cuando ven la tabla y están 29 de 30…

–Hay mucha bronca e impotencia, porque uno quiere dar lo mejor. A este equipo garra no le falta y te digo que muchas veces corremos más que los rivales y no podemos ganar. Estoy decepcionado porque las cosas no se dieron, imaginé que íbamos a terminar el año de otra forma, pero esto es fútbol y es para hombres… entonces hay que levantar cabeza.

–¿Pero ahora hay revancha?

–Seguro, tenemos que dar la cara, salir a la cancha y saber aceptar los reproches y ser conscientes cuando no hacemos bien las cosas.

–Te imagino puertas adentro del vestuario y te veo hablando con los más chicos…

–En mi caso trato de hacer más y hablar menos. Lo que sí quiero es ayudar al equipo y brindarme por completo. Tenemos un plantel con muchos chicos, si puedo aportarles algo, será un placer y hasta un orgullo que quieran escucharme.