En silencio, Belgrano ya trabaja en la búsqueda de refuerzos. Así lo expresan desde la dirigencia celeste, mostrando reacción a las señales alentadoras que llegan desde Buenos Aires sobre la evolución en la salud del presidente Armando Pérez. Claro que no es una tarea sencilla, teniendo en cuenta que el reglamento sólo permite la incorporación de dos futbolistas y, durante el 2016, el equipo dejó huecos por todos lados.

La decisión de Juan Carlos Olave, quien no seguirá en el club, sorprendió al entrenador Leonardo Madelón, quien confesó que intentó persuadir al arquero para que continuara, pero sin forzarlo. Quizá ese era el único sector del terreno donde el Pirata tenía un referente indiscutido. Su salida hizo que el DT solicitara la contratación de otro guardavallas, pese a que en el plantel cuenta con Germán Montoya y Lucas Acosta.

Se sabe que hubo contactos formales con César Rigamonti, a préstamo en Quilmes. Su regreso sólo sería posible si su salida del Cervecero se produce por falta de pago. Sólo en ese caso podría ocupar un lugar en el plantel celeste sin ocupar plaza de refuerzo. “Riga” ya declaró que no forzará esa situación, aunque la deuda existe. Para que llegue, debería mediar un acuerdo económico entre las dirigencias de los clubes.

De atrás para adelante

La defensa no tuvo un buen nivel y la búsqueda de un zaguero no está descartada ni mucho menos. Ahora la prioridad pasa por renovar el contrato del chileno José Rojas, quien es pretendido por Everton de su país y Alianza Lima de Perú. Ayer se acercaron posiciones y es probable que “Pepe” se quede un año más. Interesa porque puede jugar de lateral por la izquierda y también de segundo marcador central.

Otra preocupación del técnico pasa por la generación de juego. Sí o sí, Madelón quiere sumar un jugador que pueda desempeñarse como media punta y, eventualmente, también como extremo por derecha o izquierda. Federico Carrizo, mediapunta de Boca, oriundo de Villa Giardino y a quien el cuerpo técnico xeneize no tendrá en cuenta, es uno de los que fueron ofrecidos. Pero, además, se espera que Belgrano pueda contar con un Fernando Márquez (sin continuidad desde abril por la lesión en su tobillo izquierdo) en óptimas condiciones desde el comienzo de la pretemporada (el 4 de enero volverá al trabajo en Villa Esquiú, antes de viajar a La Serena, Chile).

Si las cosas se dan de esta manera, no habría lugar para que la “B” sume un delantero neto, pese a la salida de Mauro Obolo (se terminó su contrato) y más allá del conocido interés por Fernando Zampedri, de Atlético Tucumán, y Franco Soldano, el joven atacante de Unión de Santa Fe.

Se sabe que los equipos se arman en los mercados de invierno, con la apertura indiscriminada del libro de pases. Por eso ahora no es mucho lo que se puede hacer. Madelón recién está terminando de conocer el material del que dispone y algunos valores juveniles, como Cristian Romero, Joaquín Rikemberg y Tomás Attis, podrían sumar más minutos y convertirse en “refuerzos internos” en el intento por cambiarle la cara a Belgrano. ¿Habrá más bajas? Hace días, el técnico de la “B” fue cauto y respetuoso al respeto: “Los jugadores se van a enterar de mi boca; no por terceros”.