Después de haber anunciado que dejará de defender el arco de Belgrano luego del próximo partido, ante Rosario Central, Juan Carlos Olave ingresó en un retiro de silencio al que se autoconvocó para no distraerse de la “final” que se viene.
Es cierto que el encuentro del domingo ante el Canalla no es revancha del que representó la eliminación del Pirata en la Copa Argentina, ni define nada. Pero el arquero, además de tener la legítima pretensión de retirarse victorioso, entiende que terminar un año difícil con un triunfo sería la llave que necesitan los celestes para ingresar al 2017 con otros aires.
El teléfono de Olave no paró de sonar desde el anuncio que hizo después del empate 1-1 ante Gimnasia. Pero el “1” quiere enfocarse en el partido ante Central. “No quiero pasarme la semana hablando de esto”, le adelantó a Mundo D. Y amplió: “Necesitamos ganar y darle importancia al partido, sin distracciones”.
A principios de este año, “Juanca” había deslizado que el actual contrato, que tiene fecha de caducidad en junio de 2017, sería el último con el Pirata. En aquella oportunidad no habló de retiro, sino de alejarse del club al que llegó hace 20 años, en el que debutó en 2001 y al que volvió en 2007, después de pasar por Gimnasia, Murcia de España y River Plate.
Sin embargo, nunca lo confirmó y no se volvería a hablar del tema hasta el último receso, cuando la duda se volvió a instalar. Es que después del 1-0 a Rosario Central (gol de Lema de penal), por la última fecha del anterior certamen, el arquero se fue sin hacer declaraciones y dejó que la versión se propagara.
Después, tuvo que admitir que no se sentía listo para tomar una decisión como esa. Por el contrario, Olave se mostró entero físicamente y es probable que el semestre que está terminando haya sido uno de los mejores en cuanto a su rendimiento personal, a contramano de las dificultades que tuvo Belgrano.
Esta vez, en cambio, se mostró convencido. Algo le había adelantado a la dirigencia, pero nadie lo tomó como indeclinable hasta que el arquero lo hizo público, el sábado en La Plata. “Es definitivo”, aclaró más de una vez, como para no dejar lugar a dudas.
Cerca de los 41 años, Olave había puesto grandes expectativas, como todo Belgrano, en la Copa Argentina, que tuvo a la “B” entre los mejores cuatro. La chance de retirarse campeón lo desvelaba. Quizá por eso su camino al vestuario formoseño, con la derrota consumada, fue eterno. Y en esos pasos, terminó de madurar una decisión tantas veces meditada.