Lo que hay en juego en cada partido de copa no se compara. Cada uno de ellos es la síntesis de un logro deportivo por el que se peleó a lo largo de una temporada, aquello que muchos se quedaron mirando por TV y que, en este caso, Belgrano lo vive en vivo y en directo.
Por eso, el encuentro frente a Estudiantes no es un juego más en el que sólo hay tres unidades en disputa. Aquí están puestos sobre la mesa todo un esfuerzo general y muchas ilusiones.
Pero de tan especial se transforma en particular. Porque además de una clasificación a octavos de final, que parece una obsesión para Belgrano, el equipo tiene que demostrarse a sí mismo que puede con estos objetivos planteados.
Hasta el momento, el nuevo juego que pretende “Teté” González no se exhibe con frescura y espontaneidad, sino que aparece en cuenta gotas y desaparece con altísima velocidad.
Entonces, el equipo puede mutar de un tiempo a otro, mostrándose muy distinto en cada uno.
Hoy es una prueba de fuego para el equipo, que debe sacar a relucir eso que la hinchada pide y que ayer lo plasmó en un trapo: “Hagan historia por la gente”.
Y todos están detrás de ese objetivo. También será una prueba para el entrenador y para el estilo que quiere imponerle a su Belgrano.
Tanto para lo que fueron sus determinaciones previas, como las que deberá tomar durante el partido de esta noche.