César Pereyra no le gusta “caretearla”. Cuando está fastidioso, lo demuestra con sus caras de enojo y los gestos de bronca. Del mismo modo, cuanto está feliz, su sonrisa y su festejo haciendo “la ranita” son un clásico. 

Pero desde su retorno a Belgrano, han sido más las pálidas que las buenas para “el Picante”, por eso de arranque demuestra que no tiene muchas ganas de hablar.

Aunque su presente ni el del equipo son los óptimos, el delantero quiere seguir sumando minutos para empezar a conseguir algo de lo que soñó al volver a Alberdi. Porque detrás de su diminuta figura de 1,68 metro y 71 kilos hay un gran jugador que ya hizo historia con la celeste y va por más.

“Imaginaba que a esta altura íbamos a estar viviendo un presente distinto. Cuando volvía venía a un equipo que había hecho un muy buen torneo, una muy buena campaña. Encima estaban prácticamente los mismos jugadores de ese año. Sabía que tenía que volver a ganarme mi lugar. Haber estado afuera hizo que por ahí perdiera un poco de terreno, más allá de lo que es Belgrano para mí y todo lo que me dio, tenía que venir y ganarme un lugar como lo hice siempre, no es que uno volvía sabiendo que seguramente iba a ser titular”, contó Pereyra tras la lluviosa práctica de ayer por la mañana en Villa Esquiú. 

“Pero quizá me ha costado más de lo que pensaba, no he jugado lo que quise. En lo personal por ahí quería jugar mucho más, pero se ha dado de esta forma. Traté de aportar lo mío en el tiempo que me tocó jugar y lo tomo por ese lado. Tal vez no fue el torneo que todos esperábamos porque las expectativas eran otras. El torneo daba para que se peleara de otra forma. Se ha tenido un semestre no muy regular y eso ha hecho que estemos en la posición que estamos”, agregó “el Picante”, quien a principios de año regresó al club tras su préstamo al Sporting Cristal de Perú. 

–Decís que te costó más de lo pensado, ¿por qué pensás que pasó eso?
–Obviamente que arranqué de atrás. Tenía que ir ganándome mi lugar y en los momentos que me tocó ingresar no pude por ahí andar como quiero. También creo que todo jugador necesita continuidad y no la he tenido para tratar de afianzarme. 

–Se te cerró el arco. Muchas veces pasa que entra una y luego todas…
–Eso también. Más allá de no haber tenido tantas posibilidades de poder convertir, las que me quedaron si no pegó en el palo, la sacó el arquero. Como todo, hubiese cambiado la historia si entraban. 

–Lejos de pelear por cosas importantes, ¿cuál es la motivación para lo que queda?
–Ganar lo que resta. Tenemos dos partidos por delante todavía. Hay que tratar de sumar para terminar lo más arriba posible. A nadie le gusta estar en esta posición. Pero bueno, se ha venido después del ascenso de años muy buenos, de campañas muy buenas. Y por ahí esto choca un poco, el hecho de que Belgrano no haya hecho otra buena campaña. Pero también son momentos que pueden suceder en el fútbol.