Dirigir es llevar rectamente algo hacia una o varias metas, es enderezar, es guiar, es orientar a quien realiza un trabajo. Salvador MartÃnez fue EL DIRIGENTE de Belgrano con todas las letras.
Comenzó siendo Secretario del Club en 1915. Desde 1918 a 1936 fue Presidente con una breve interrupción en 1921, reemplazado por Juan Buguña. Su segundo periodo en la Presidencia se dio de 1940 a 1945. "No fui socio fundador, pero el Alberdi de mi residencia de aquellos años, destacaba la presencia de una institución que pronto se adentrarÃa en mi espÃritu para entregarle el entusiasmo y la capacidad de mis mejores años".
Fue el responsable de adquirir los terrenos para la construcción del campo de juego y luego dotarlo de tribunas; convirtiéndolo al Estadio de Belgrano en el primero con gradas de cemento en el interior del paÃs, allá por 1929. Y fue durante su gestión, en 1945, que la cancha tuvo iluminación artificial.
"El año 1920 fue, con mucho de decisivo, para la trayectoria del Club Atlético Belgrano. Se obtuvo personerÃa jurÃdica, y con el apoyo de los señores Juan Buguña, Dianda Hermanos, Brusco y CÃa., y otros calificados deportistas vinculados a la divisa celeste, se adquirió el solar deportivo en propiedad, nueve años después y con el aliciente del Ingeniero Emilo F. Olmos, en esa época intendente de esta capital, se construyó y se erigió lo básico del estadio.
El correr de los años hizo comprender que aquel terreno, que antes lo considerábamos muy distante, prácticamente hoy se encuentra enclavado en el corazón de la ciudad".
En el discurso de presentación de las obras, el entonces presidente del club, Salvador MartÃnez dejaba en claro cual era el espÃritu que guiaba a aquellos dirigentes:
Salvador MartÃnez era un hombre de fútbol, que amaba a Belgrano total e incondicionalmente. Un hombre recto, estricto e idealista que tenÃa un gran "defecto": creÃa que todos querÃan a Belgrano como él. Su único matrimonio fue Belgrano, su hijo fue Belgrano, su amor fue Belgrano; por y para Belgrano TODO. Él, junto a Ernesto Barabraham y los hermanos Unamúnzaga, fueron hinchas, jugadores y dirigentes del CAB. Aunque Salvador no llegó a jugar en Primera.
Participaba activamente en el armado de los equipos; y no improvisaba. ConocÃa de fútbol y buscaba asesoramiento en jugadores y ex- jugadores del Club. Para él, se armaba el equipo a partir del centrofoward (9 de área). De su mano, el Celeste no sólo consiguió varios campeonatos y triunfos deportivos, sino que se hizo fuerte institucionalmente y tuvo su casa: El Gigante de Alberdi.
"Desde la hora de comenzar, el Club Atlético Belgrano se forjó en la lucha. Sus dirigentes y jugadores fueron tenaces, y alcanzaron muchas conquistas que le han dado prestigio y nombradÃa aún más lejos de las fronteras de la patria. Para identificarse con el éxito, fue menester el constante apoyo de los asociados, traduciendo asà reconocimiento a la capacidad y espÃritu de trabajo de sus directivos, de los hombres llamados en el terreno de la lucha deportiva, a defender su divisa".
En este momento histórico, en el que nos encontramos en la antesalada de cumplir el sueño de ampliar nuestro Gigante "Julio César Villagra", no podÃamos menos que honrar con la memoria a esta personalidad fundamental en la historia del Club Atlético Belgrano. Por siempre iluminando nuestro camino, Don Salvador MartÃnez.
Fuentes: LA VOZ DEL INTERIOR – Viernes 18 de marzo de 1955, Postal Arte, Cultura, Belgrano, Juan Carlos Gómez.