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“Después de haber jugado tres partidos con Colón y haberle ganado dos, y de haberle sacado 17 puntos de ventaja en el campeonato, quedar afuera hubiera sido una injusticia. Luego de un primer tiempo que no fue bueno, creo que lo hecho en el segundo justificó el resultado”, analizó el entrenador con su calma habitual, luego de atender el llamado de Mundo D.
–Pasaron cinco años y casi 200 partidos desde que llegaste a Belgrano. En este fútbol de plazos cortos, ¿alguna vez pensaste que ibas a tener un ciclo tan extenso en tu carrera?
–Uno no piensa en cuánto va a durar cuando agarra un equipo. Tampoco soy de mirar mucho para atrás, pero me parece que fue un proceso bueno y dio como para tener continuidad gracias a que todos colaboramos y fuimos juntos en busca de mejorar siempre. Y eso es lo que ha venido sucediendo.
–Esta continuidad, ¿está basada en un proyecto o simplemente en buenos resultados?
–Hay una suma de condiciones. Armando (Pérez) y la comisión apuestan a un proyecto, pero no hay proyecto que se sostenga en el fútbol si no hay resultados, por más buena voluntad que exista entre las partes. Nosotros salimos dos veces segundos, clasificamos a tres copas internacionales y una liguilla, estamos en un proceso de juveniles muy parecido al de Vélez, aunque nunca lo pusimos como excusa. Muchos chicos son titulares y tienen buenas posibilidades de ser transferidos; es decir, capitalizamos el plantel. En definitiva, todos trabajamos para que Belgrano tenga un rumbo y lo pueda mantener, pero siempre digo que, por mas coincidencias que haya entre dirigencia y cuerpo técnico, tiene que haber resultados. Si no, es muy difícil de mantener un proyecto, acá o en cualquier parte del mundo.
"Todavía tenemos deberes por hacer, porque no hemos sido competitivos en estas instancias. Esa es una materia pendiente", describe Zielinski.
–El reconocimiento al trabajo del cuerpo técnico, ¿está a la altura de lo que se consiguió en este tiempo?
–Creo que sí. Nadie puede negar que, cuando vinimos, Belgrano estaba en una situación diferente. Es cierto que todavía tenemos deberes por hacer, porque no hemos sido competitivos en estas instancias. Esa es una materia pendiente.
–A propósito de eso: hasta esta serie con Colón, que se jugó con los dientes apretados, dio la sensación de que Belgrano defeccionó en instancias eliminatorias. ¿Lo ves así?
–Si hay algo que no se le puede reprochar a este equipo es que estuvo a la altura de las circunstancias en los momentos cruciales, desde la promoción con River a esta parte. Por ahí alguno piensa que vamos a jugar con Independiente, que gasta 10 millones de dólares, y será fácil. O con Lanús, que es un equipo que viene jugando copas desde hace muchos años de manera consecutiva y nos lleva un proceso de ventaja. Creo que un proceso lógico, teniendo en cuenta este presente de Belgrano, sería hacer pie primero en la Sudamericana, para después poder pensar en clasificarse a la Libertadores.
–¿Qué cambió para que, finalmente, decidieras que 2015 no fuera tu último año en Belgrano?
–Si en algún momento dudé en continuar fue por una cuestión más familiar que personal. En Belgrano estoy bien, me siento respetado e identificado con la institución y con su gente. Pero llevo casi siete años trabajando fuera de Buenos Aires y no es sencillo. Lo charlamos, pude convencer a mi familia y aquí estoy. Siempre voy a querer estar en Belgrano.
–¿Es cierto que te emocionaste?
–Me emocionó mucho la gente. Cuando íbamos para el estadio llovía mucho y vimos desde el ómnibus a toda la gente que iba a la cancha, mojada por una lluvia de horas y haciendo un esfuerzo enorme, pero llena de ilusión. En ese momento pensé: “Ojalá que no los defraudemos”. En estos años creo que no lo hicimos y me hubiera sentido muy mal que hubiera pasado justo ayer (por el sábado), con 55 mil personas en el estadio. Creo que siempre agradecimos el apoyo de la gente, pero especialmente esta vez no la podíamos defraudar.
–¿Tuviste que apelar a ese costado emocional para levantar al equipo en el entretiempo?
–No me gusta puntualizar lo que se dice en el vestuario. Queda ahí. En general, tratamos de acomodar en todos los aspectos a un equipo que estaba desacomodado y había sido superado en el primer tiempo. No somos de criticar. Se mejoró y es mérito de los jugadores. Punto.
-¿Qué se puede esperar del Belgrano 2016?
–En principio, veremos quién se va y quién se queda y trataremos de armar un equipo competitivo, con el presupuesto del que se dispone. De acuerdo al equipo que se logre conformar, veremos los objetivos.
–¿Realmente no te la crees, ni un poquito?
–Es que trato de mantener el perfil bajo. No soy de decir cosas para quedar bien. No me interesa ese camino. Por eso trato de mantener la calma hasta declarando.
Los números del Ruso
Campaña. Dirigió a Belgrano en 198 partidos, de los cuales ganó 75, empató 71 y perdió 52. Sus dirigidos marcaron 223 goles y recibieron 186 (menos de uno por juego).
Logros. Ascenso a Primera en 2011, subcampeonato compartido en el Apertura 2011 (cuarto por diferencia de gol) y en el Inicial 2012 (tercero por diferencia de gol).
Además, fue sexto en el Campeonato de Primera 2015, sobre 30 equipos.
