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Belgrano: si no se sufre, no vale

La Voz del Interior | 06/12/2015


 

 Si la temporada fue sacrificada para Belgrano, si cada partido fue un luchar y luchar hasta el minuto final, no se podía esperar otra cosa que no fuese de esta forma en el último juego de la temporada 2015. El que se dio anoche frente a Colón para lograr un empate 1 a 1 que lo clasificó por tercera vez a la Copa Sudamericana 2016.

Cuando un corazón late al ritmo de Belgrano y las venas se llenan de sangre celeste, ese cuerpo está preparado para las emociones que da y los sobresaltos que lo hará pasar en cada partido del equipo de sus amores. Porque si se habla de sufrir para conseguir objetivos, puede decir que ser del Pirata es un sinónimo.

Más de 50 mil personas fueron a ver como la “B” llegó a la Copa Sudamericana nuevamente y cada uno de ellos se estremeció con el gol de Pablo Ledesma a los 18 minutos del primer tiempo y todos enloquecieron cuando Mauro Obolo, de cabeza, puso el 1 a 1 a los 38 del segundo tiempo.

La fiesta de Primera División que el Pirata armó tuvo los condimentos que tiene que tener para ser “a lo Belgrano”, porque de lo contrario no sirve. Porque usted que es hincha del Celeste sabe que imaginar una final ganada con tranquilidad y sin sobresaltos es un imposible, seguramente se lo merece, pero...

Y si el premio que jugadores, dirigentes, empleados e hinchas del conjunto cordobés se merecían llegó como llegó, es porque el destino le tiene preparado a los simpatizantes de este club un mundo de fantasía que se mueve con el andar del equipo.

El sueño hecho realidad

En enero de 2015, Obolo le dijo a Mundo D en Necochea que su sueño era hacer un gol que le diera un título a Belgrano, porque vino para jugar en el club del que es hincha. Y anoche tuvo su premio, porque el goleador puso la cabeza para que el balón viajara a la red y en el impacto de cuero con hilos se sellara el pase a la Copa Sudamericana y se cumpliera ese sueño de chico que el atacante tuvo en su pecho guardado hasta anoche.

Mire si las habrá peleado Mauro Obolo todas las que jugó a lo largo del año que lo hizo hasta que su físico dijo basta y en el cierre del torneo se desplomó, como para encontrar un respiro.

No pudo estar contra Independiente por una neumonía y en el partido de ida frente al Sabalero no se dio para que entrara. Pero anoche, cuando el equipo lo necesitó fue a “pelearse” con los de Colón hasta que logró ganar una, la más importante de la noche y la que le dio el premio que Belgrano se merecía por lo hecho a lo largo del año.

El mejor cierre

El Pirata cierra el mejor año de su historia con otro pasaje a una copa internacional, nuevamente está entre los mejores del país y su plantilla, que era corta en el inicio del año y se achicó aún más para el final de la temporada (trajo dos refuerzos, uno se fue y el restante fue suplente, además de perder a Sergio Escudero) le metió un broche de oro y alegría total.

La gente se fue de “caravana con el Pirata, a jugar la Sudamericana”, el pueblo de Alberdi hizo vibrar a Córdoba y la fiesta de los celestes se extendió por toda la ciudad. Así es Belgrano, nació para sufrir, su gente lo entiende y los logros son cada vez más saboreados.

Ahora llegan las vacaciones, un plantel por reforzar y algunas bajas. Todos los que compusieron el Belgrano 2015 se van con el pecho inflado, porque consiguieron ser protagonistas y meter al Celeste en una copa. Será tarea de los dirigentes darle mayor número de variantes al equipo, buscar el salto de calidad y seguir colocando la vara un poco más alto.

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