Belgrano trajo lo que pudo traer en materia de refuerzos y hasta ahí llegó. El delantero Luciano Becchio y el mediocampista Mario Bolatti fueron los únicos jugadores que el Celeste pudo acercar en este mercado de pases que se movió mucho en otros lados y poco por estas tierras. El “no traer por traer” o porque “lo que queremos es caro y lo que hay no nos interesa” hizo que Belgrano no hiciera erogación alguna en puestos en donde es notorio que necesitaba recambio.

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jugadores ha utilizado Zielinski en lo que va de la temporada.

Cuando Sergio Escudero se rompió los cruzados, se abrió la posibilidad de incorporar un futbolista de acuerdo al reglamento. Franco Niell, José Valencia y César Pereyra fueron los nombres que se tiraron sobre la mesa. El primero, suplente en Rosario Central, dijo “no” de una. El “Picante” tampoco juega mucho en el Cristal de Perú pero Belgrano no le puede igualar y ni siquiera acercarse a lo que gana allí. Es decir que el único que quedaba en pie era el colombiano Valencia, pero el conflicto que generó su salida de Independiente se extendió en demasía. 
Vencido ese plazo y ante la ida de Lucas Aveldaño al Mallorca de España, el mundillo futbolero entendió que se abría un cupo para traer un refuerzo. Pero nada de eso es real.
“Se está propagando un equívoco, la salida de Aveldaño no libera cupo” esgrimió un dirigente ‘Pirata’.
¿Pero por qué no? Sería la pregunta siguiente. Directamente porque el rafaelino pasó al fútbol español a préstamo (por una temporada, con opción de compra) y para que esa salida posibilitara habilitar la llegada de una incorporación, debió haber sido una venta.
La explicación concuerda con esta frase del directivo consultado: “Belgrano se retiró del mercado de pases”.
En definitiva, es lo que hay (o lo que no hay). Belgrano tiene un plantel corto y con el mismo terminará de hacer frente lo que resta del campeonato de Primera División y disputará –de mínima- los dos partidos con Lanús de la segunda fase de la Copa Sudamericana.