Del otro lado de la montaña, el que atiende es Juan Carlos Olave. Junto a Esteban González, son una atracción más para los que eligieron Nono para pasar las fiestas.

Tardes enteras en familia, junto al río, convierten al arquero y al volante en foco permanente de los que quieren una foto con sus ídolos. Pero el sol ya bajó y el “1” se da un tiempo para hablar de fútbol con Mundo D.

Arranca imaginándose cómo será el torneo que vendrá, con 30 equipos. “Va a ser raro, pero no por eso poco atractivo. A lo mejor, termina siendo un buen torneo. Eso sí; me parece poco serio que se arme algo para desarmarlo después”, asegura antes de dar lugar a un diálogo que no dejó tema sin tocar.

–¿Cómo te cae que varios clubes muy endeudados pretendan a los jóvenes valores de Belgrano?
–Es un desajuste muy grande. Permitirles a esos clubes que sigan comprando es ser cómplices de su debacle institucional. Pero después siempre alguien les tira un salvavidas, algo que no ocurre con los clubes que hacen bien las cosas, como Belgrano. Es injusto que Belgrano tenga que competir con clubes que, debiendo quinientas veces más, por ahí se dan el lujo de sacarle un jugador ofreciéndole más dinero. Después, cada jugador elige lo suyo. Creo que el jugador tiene que saber cuidar más lo que tiene y valorar a clubes como Belgrano, que te cumplen todo lo que prometen.

–Los más grandes del plantel, ¿le dan ese mensaje a los chicos?
–Siempre tratamos de hablarlo, pero es muy difícil. A veces, pasamos dos horas o más por día hablando con ellos, pero hay chicos que tienen gente atrás que no los aconsejan bien. Les llenan la cabeza y los ilusionan con cosas que muchas veces no son reales. Hay veces que sale en la tapa del diario que a un jugador lo quiere un “grande”, pero resulta que para ese “grande” es una cuarta opción y termina yendo por descarte. Nadie se fija en eso. Cuando diste un mal paso, es probable que luego retrocedas dos. Lo sé porque pasé por eso. Los jugadores tienen ser maduros y tener personalidad para evitar que sus representantes decidan por ellos. Los jugadores son los que deciden.

–Ya se fue Julio Furch y es muy probable que emigren César Pereyra y Lucas Pittinari. ¿Te preocupa que se desarme el plantel?
–No, porque se quedarán los que se quieren quedar. Los que eligen quedarse es porque tienen la convicción y están detrás de un objetivo grupal, con nuevas motivaciones. Ojo que, si la decisión es irse por la razón que sea, también es válido. Pero lo bueno es decirlo con claridad para irse bien. Si no, se crea toda una movida con la prensa que casi siempre termina dejando mal parado al jugador o haciéndolo quedar como desagradecido. Y hay jugadores que no pueden quedar mal ante una salida porque le han dado muchísimo en el club, como puede ser el caso del “Picante” (Pereyra). Distinto es el caso de Furch, que vino seis meses y Belgrano lo posicionó para irse a México.

–En tu caso ya decidiste retirarte en Belgrano, pero a los 38 años te siguen buscando...
–Es gratificante porque quiere decir que uno está vigente. Por ahí algunos dicen “ya están viejos”. Pero la realidad es que los “viejos” seguimos jugando y poniendo la cara. Con “Teté” (González) vamos y volvemos corriendo todos los días en las vacaciones. No hay que desmerecer al jugador por la edad; hay que ver lo que el jugador puede dar. 

–Cuando la dirigencia informa que el presidente y el entrenador consensuaron un “rediseño” del plantel, ¿crees que se refiere a un recambio generacional?
–Cada vez que se habla de recambio todo el mundo hace hincapié en cuatro o cinco jugadores que, paradójicamente, son los que siguen jugando en el equipo. No todos los recambios son por edad. Por ahí, el recambio pasa por otro lado; por el rendimiento… Habrá que ver qué pretenden “el Ruso” (Zielinski) y Armando (Pérez). A los más grandes nos duele porque se nos ha bastardeado bastante con comentarios. Mucha gente habla y no sabe que, muchas veces, los jugadores de más edad son los que más kilómetros recorren en los partidos. En Belgrano se analiza todo. Ya pasaron varios recambios desde que ascendimos a Primera y nunca hubo un “salvador”. Cuando el equipo juega mal, hay rendimientos individuales bajos; y cuando juega bien, todos jugamos bien.

–Como un referente del fútbol cordobés, ¿qué te sugiere la llegada de Andrés Fassi a Talleres?
–Sé que su trabajo en el Pachuca es impresionante y parece gente de trabajo. Pero al modelo más importante lo trajo Armando Pérez. Sacó un equipo de la quiebra y lo convirtió en un ejemplo de administración. Que no venga nadie a querer llevarse un jugador porque Belgrano no tiene necesidad de vender y tampoco despilfarra recursos. Ojalá cada club gane el respeto que ganó Belgrano. Más allá de la rivalidad, a todos nos conviene que los equipos de Córdoba podamos competir para fortalecer la plaza.

–Y Belgrano, ¿con qué objetivo se preparará durante 2015?
–Vamos a ver cómo se va dando el torneo. Hay un nivel de paridad muy grande, pero nosotros tenemos que caminar pasos cortos y firmes para no perder la esencia que nos hizo fuertes. Si somos regulares, tendremos posibilidades. Creo que tenemos con qué posicionarnos en lugares importantes.