La efeméride marca que hoy no es un dÃa cualquiera para el Club Atlético Belgrano. Es una jornada para hacer memoria y valorar la situación actual que estamos atravesando.
Un 18 de septiembre de 2001, antes de enfrentar a San Lorenzo, el Club se declaró en quiebra, a manos del por entonces presidente Gregorio Ledesma. El panorama evidenciaba un Belgrano devastado económicamente, sin rumbo en lo deportivo y social.
Belgrano pasó a ser administrado por un fideicomiso, nombrado por el Juzgado de Séptima Nominación en lo Civil y Comercial. Además, esa temporada perdió la categorÃa tras caer con Unión en Santa Fe.
Fue el momento más duro y más grave de nuestra historia, que pudo llevar a la desaparición misma de la institución.
Allà apareció Córdoba Celestes SA, a cargo de Norberto Castaños, quien inició el proceso de recuperación y el reordenamiento de un club vaciado en todos los aspectos. En 2003, Luis Manzanares se hizo cargo con Córdoba Celeste, y en 2005 le cedió las acciones a Armando Pérez. A 11 meses de su llegada a la gerenciadora, Belgrano lograba el regreso a Primera, lugar donde tiene que estar.
Después de nueve años de gerenciamiento, y luego de mucho sacrificio, trabajo y seriedad, El Pirata pudo saldar su deuda de más de 24 millones de pesos, para volver a estar junto a sus verdaderos dueños: los socios. Fue el primer club que, tras quebrar, logró recuperarse económica e institucionalmente.