Zielinski y el preocupante presente de Belgrano.

Zielinski y el preocupante presente de Belgrano.

Dramatizar por la derrota ante Lanús sería desmedido. La caída 1-0 del Pirata en el debut del Transición pegó, pero de allí al caos hay un gran paso. Analizar y sacar conjeturas determinantes con solo un partido es pisar en falso. Pero si el análisis incluye todo el año 2014 allí la historia cambia. Es que con el traspié del miércoles, Belgrano acumula nueve partidos sin ganar, un rendimiento colectivo por debajo de lo que supo mostrar y sólo tres victorias: Boca, Atlético de Rafaela y River en el año en curso.

En el arranque del Transición la idea era clara: presionar en campo adversario y aprovechar la velocidad para herir a Lanús que iría a buscar de entrada. Pero el plan se desdibujó a los cuatro minutos cuando todavía se acomodaban: pequeños errores (despeje de Lema hacia el centro, falta de marca en Pier) lo pusieron abajo en el marcador. O el desordenado retroceso defensivo que terminó con el penal de Nicolás Ferreyra.

¿Cómo se puede salvar un equipo? Con pelotas paradas o juego. El Pirata no tuvo ni uno ni otra. Encima las pocas que generó no tuvieron el guiño de la suerte: el palo del Picante Pereyra, por citar el ejemplo más claro. Así ya pasaron 130 días del último triunfo. ¿Cuándo fue? El 6 de abril con aquel 2-1 ante River con el polémico gol de Lucas Zelarayán.

Números duros. El pasado reciente del equipo no es el mejor. En el Final último metió 11 empates y cinco derrotas. La última alegría fue ante el Millonario. Desde entonces llegaron cinco resultados sin abrir el marcador y una caída ante Tigre 2-1. Esa noche, el Picante marcó lo que sería el último gol que Belgrano. Sí, 423 minutos sin conquistas.

Pero no hay que caer sólo en los atacantes, sino en la generación de juego que no los abastece o los deja en difícil posición. Después del triunfo ante River vinieron nueve partidos con tan solo un gol incluyendo aquí la caída 2-0 ante Independiente por Copa Argentina y 1-0 contra el Granate.

No es que falta entrega. No es que el equipo no lo intenta, ocurre que no resuelve las situaciones que marcan la diferencia de un partido. La fórmula que tantos resultados dio ha mermado hace tiempo. De todos modos, Belgrano demostró salir a flote. En busca de las fórmulas, el Ruso mantiene la calma. Llamar al drama por una derrota sería descabellado; pero no es cuestión de pasar por alto la delgada línea y reconocer que los elementos no funcionan como tal.