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Adelante Belgrano

Día a Día | 28/03/2014


Juntos. El Ruso, Picante, Quiroga, Teté, Rodríguez, Farré, Rigoni, Barrios y Márquez con Franco. Para un cuadrito...
Juntos. El Ruso, Picante, Quiroga, Teté, Rodríguez, Farré, Rigoni, Barrios y Márquez con Franco. Para un cuadrito...
Sus ídolos. Picante y Olave con Franquito. Un día para no olvidar.
Sus ídolos. Picante y Olave con Franquito. Un día para no olvidar.
Hoy juega Belgrano. Pero ayer ya empezó a vivirlo. También el DT Ricardo Zielinski que paró la práctica mil veces en el trabajo táctico para que sus jugadores lean las situaciones de juego. Hoy juega Belgrano contra Argentinos, es cierto.

El diario informa que a las 21.15 en el Kempes va por la primera victoria de local en el Torneo Final. Necesita ir para adelante. Despertar. Hay gritos en la práctica. Llamados de atención. Aliento. Y allá a lo lejos, en silla de ruedas, viene él con los ojos desorbitados sin entender nada. Franco tiene 16 años, un sueño a punto de cumplirse, una madre con los ovarios bien puestos.

–“¡Olave!”, ¿qué hacés?– grita Franco con una sonrisa que no entra juntando todas las canchas de Villa Esquiú. Ahí nomás el 1 se acerca y le aprieta la mano con los guantes. “Hola maestro, cómo andás”, responde el 1. Franco, inmóvil, siente la transpiración de su ídolo pero no sabe cómo llegó ahí.

A un costado, su madre llora como suelen llorar las madres: sonriendo. “Franco es fanático de Belgrano como su hermano Agustín. Cuando murió mi esposo yo empecé a llevarlos a la cancha y después los hice socios”, le cuenta Silvana a Día a Día mientras observa como su hijo –por fin– no siente dolores.

“Nació prematuro y le dio un paro respiratorio. Eso le provocó una hipoxia perinatal y una parálisis cerebral”, explicará después.

“Nada me fue fácil. Pero a la vida le tenés que poner el pecho, una sonrisa, no podés bajar los brazos”, cuenta. Esos brazos de Franco que todavía están en el aire porque Lollo lo abraza como si lo conociera de toda la vida. “Nos tiene cansado Olave. Si se manda alguna, lo cambiamos y entrás vos”, le avisa el defensor y todos se ríen. Al rato, el Picante se saca una foto en exclusiva. Emocionado, más tarde, Franco dirá: “Es enano, eh. Pero son todos ídolos”.

Por ahí aparece una remera blanca del Pirata y muchas manos firmándola. “Guarda que viene Quiroga, Franco. No vaya a ser que te pegue”, avisa Guillermo Farré, quien también se acerca para las fotos. “Yo pensé que me llevaban a otro lugar y estaba en el entrenamiento de Belgrano”, sostiene entre risas.

Mamá Silvana agrega: “De 9 a 13 él va a un Centro de Día (Otium) a trabajar con artesanías de madera. Es muy responsable y se levantó temprano para ir. Pero le dije que su profesor se había enfermado y que además debíamos hablar con el abogado”.

Adelante, Pirata. Para adelante irá Belgrano esta noche ante los bichos de La Paternal. Para adelante va esa madre que alguna vez gambeteó un cáncer y no aflojó. Para adelante va Franco que es rodeado incluso por Ricardo Zielinski que posa para una foto inolvidable. “Estoy muy contento. Yo los veía (por los jugadores) desde lejos, iba a la platea. Pero hoy estaban ahí...”, recuerda emocionado.

“Yo sé que la tengo que luchar. Fue muy duro poder asumir el rol de papá y mamá. Pero acá estoy y mirá que no era hincha de Belgrano, pero si no me hacía mi marido no se casaba conmigo”, confiesa Silvana entre risas. Así como ella sumó puntos, también los necesita el Celeste que acumula 11 unidades y lleva cuatro partidos sin ganar después de aquel 2-1 ante Atlético de Rafaela, en la 5ª fecha.

Debe encenderse el Pirata como lo hace Franco cuando Farré le comenta el entrenamiento. “Viste cómo tocábamos. Tac, tac, tac”, dice uno de los referentes y todos se relajan. Atrás queda la mentira piadosa para hacerle creer a Franco que iba a una reunión. “Estuvo buenazo. No podía hablar al principio, pero al último sí”, agrega este muchacho que no se le achica a nada. A lo Belgrano.

Esta noche, si no hace frío, irán los tres a la cancha. No le es fácil a Silvana porque a la salida del Kempes conseguir taxi es una odisea y necesita espacio para la silla de ruedas. Pero para ellos queda un mediodía inolvidable.

“No todos podemos cumplirle el sueño a un hijo. Esto es una pequeña gran cosa, algo para él”, dice la mamá y elige quedarse con una imagen: “Que él te diga estoy feliz te reconforta”.

Cuentan, los dos a la vez, que al regreso de la práctica Franco la abrazó y le dio un beso.

–Poné el estéreo que estoy feliz– dijo de vuelta a casa en barrio Alto Verde escuchando un mix.

Esta noche juega Belgrano que irá para adelante como Franco. Siempre al frente.

 

Sorpresa

Franco padece de parálisis cerebral. Ayer, su mamá lo llevó “sin que él supiera” a la práctica de la B.

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