Hábil. Luján encara y te deja pagando. Desfachatado para jugar. Atentos
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De aquella vez ya pasaron varios días. Pero para el volante (que se da desenvuelto también como delantero) y brilló en Quinta de AFA y en Reserva, el sueño continúa: “Es algo muy lindo. Un sueño grande hecho realidad y ahora disfrutando”, le contó a Día a Día el pibe nacido el 23 agosto de 1995.
Allá, en Necochea, trabaja duro pero no sale del asombro. “Es muy loco estar al lado de los jugadores. Soy de pedirle consejos a Farré, Teté y Olave me habló mucho. Cositas que te sirve mucho como saber cuándo jugármela, en que parte del campo y me habló de la gran oportunidad que tenía”, agregó Nahuel que también lleva el nombre de Isaías.
Sorpresón. Al teléfono se lo escucha feliz. Y recordó con gracia la grata sorpresa. “Estaba en el hospital cuando me enteré. Mi hermana estaba por ser mamá y me llamó Julio (por Constantin). Fue una alegría y brindamos todos juntos porque es algo muy lindo”, recordó Luján.
El pibe llegó a Belgrano hace cinco años y no paró de crecer. “Jugaba en Municipalidad de Córdoba. Me llevó Chocolate Baley. Estaba jugando en Los Algarrobos, una placita, me vio y me preguntó si quería jugar al fútbol”, rememoró Nahuel.
Quienes lo vieron jugar aseguran que el pibe promete. Habilidoso y con técnica mostró su fútbol también en la primera local de la Liga Cordobesa de Fútbol. Y si bien ha jugado de volante, también termina como delantero extremo. “Me siento cómodo de las dos formas. Estuve hablando con Julio y me preguntó donde me sentía más cómodo. A mí me gustan los dos lugares. Y también moverme por el frente de ataque”, describió quien admira, entre otros, la manera de definir que tiene Carlos Bueno o el Picante Pereyra. Sí, ahora los tiene bien cerquita para sacarles el jugo y tomar nota de cómo vencer arqueros.
Entre Neymar y Valdemarín. Los doble turno en Necochea son exigentes. Por eso las horas de descanso son claves en el hotel Niken. “Comparto habitación con Valdemarín. ¿Quién es el dueño de control remoto? Ninguno de los dos”, contó entre risas y agregó: “En los tiempos libres fuimos al mar o la pileta. Nos olvidamos de traer la play”.
Luján sabe que tiene mucho por aprender. Sin embargo espía por televisión a su gran ídolo: Neymar. “Me gusta su manera de jugar. Cómo se mueve, es un gran jugador”, sostuvo el pibito que disfruta cada momento.
Eso sí: a la distancia extraña las comidas de mamá Ana Karina y no se olvida de papá David. “Ellos son muy importantes para mí y siempre me apoyan”, recordó. Y ahí nomás dijo: “Acá es una cosa de locos todo lo que se vive. Es duro, pero muy lindo”, concluyó Luján, el pibe que antes gambeteaba en la placita y ahora crece en Belgrano.
Quinta. Su categoría en AFA. También jugó en Reserva y para la primera local. Es una de las lindas apariciones.
