El Ruso habló de todo con Día a Día.
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Siempre se puso en discusión si la manera de jugar era defensiva antes y ahora un poco más arriesgada. Él, con sus mismos modales, salió a mover un par de fichas.
–Dijiste que actualmente son más ofensivos. ¿Es por las características de jugadores con los que contás hoy y el contexto?
–Sí, hace como dos años. La responsabilidad de sumar por el descenso más la característica de algunos jugadores como Ribair lo hacían un equipo más duro. Pero después siempre lo hemos hecho más abierto, con la subida de los laterales, pero eso no te garantiza nada: hemos jugado bien y mal.
–¿Puede ser que algunos periodistas e hinchas no nos dimos cuenta que era imperioso que sumen al principio?
–Sí. Es muy difícil sumar en Primera División, ganar un partido. En líneas generales hicimos muy bien las cosas, siempre con situaciones para mejorar. Sacamos un puntaje importante a otros equipos y nos preocupamos por mantener a Belgrano en Primera; a veces se hace lo que se puede, no lo que se quiere.
–¿Es difícil sostener esa responsabilidad cuando el resto pide “un poquito más?
–Desde que estamos en Primera hemos terminado en los primeros cinco puestos con un presupuesto de lo más bajo de la categoría, sin endeudar al club.
–¿Cuál es el costo de esa responsabilidad cuando dicen “animarse a más”?
–Mirá, animar nos animamos siempre. Es imposible, si vos sos defensivo, hacer los puntos que hiciste. Terminar entre los primeros cinco en tres campeonatos con 18 equipos que están por arriba tuyo en un presupuesto tres o cuatro veces mayor. Dos veces segundo, clasificar a la Copa Sudamericana. Yo no soy partidario de que se tiene que dar todo de golpe. Son todos procesos, pero creo que va a ser muy difícil tener un proceso tan exitoso como el que tenemos nosotros.
–¿Hoy ser puede decir que lograste lo que querías?
–No, es constante. Hacés un mal año y después tenés dos por delante. Son todos líricos, pero yo tengo que tratar de llevar el barco a un lugar adonde a Belgrano le convenga. Seguramente mucha gente lo entiende y otra no.
–¿Crees que algunos no vieron dónde estaba el barco y vos, sí?
–Mirá, yo creo en el trabajo a largo plazo. Hace uno año y medio estábamos en una quiebra, no teníamos predio, no sabía que iba a pasar; si Armando quedaba o no quedaba. Y hoy, a tres años de que nosotros llegamos, estamos en una situación diferente que hay que valorar, que no es fácil conseguir.
–Ahora, todo proyecto se sostiene si hay resultados...
–A los proyectos primero hay que idearlos como los armó Pérez y toda la gente del club. Nosotros vinimos a acompañarlos en este proyecto a largo plazo. Uno tiene que ir de a poquito. No soy de ir de uno a 100.
–Sino te estrellás...
–Mirá, la historia de River e Independiente te marcan una realidad que algunos creen que fue casualidad. Yo soy el responsable de llevar a Belgrano adonde le convenga. En ese camino estoy y no me va a importar cómo, sino lograrlo.
–¿Te cansa tener que revalidar o sostener lo que otros no miran?
–No, yo miro el partido que viene. Así nos manejamos siempre. No miramos para atrás, sino miramos para que le sirva al equipo.
El Ruso recuerda los frutos, como si hiciera falta. Y, queda claro, prioriza el fondo sobre las formas.
