Regularidad. Lo que el Ruso quiere encontrar para su equipo.
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En el caso del Pirata, su arranque fue preocupante: en las primeras cuatro jornadas (12 puntos en juego) rescató apenas un punto en el empate ante Newell’s, en Rosario.
Encima había convertido apenas dos goles y recibido siete. Es decir, números bravos que lo colocaban entre las escuadras más flojas.
Sin embargo en la 5ª fecha venció 3-2 a Atlético de Rafaela. Ese partido marcó un quiebre porque desde allí hilvanó cinco juegos sin perder. Pero hubo más: después de empatarle a Estudiantes (1-1), en la fecha 7 goleó 3-0 a Vélez, rascó un punto ante Olimpo y le metió otros tres a Racing. Entonces todos empezaron a abrir los ojos porque aquel equipo de flojo arranque, ahora parecía morder, jugar rápido y convertir. Ni hablar cuando fue a la Paternal y le clavó tres pepas a Argentinos.
Sí, Belgrano, en ese momento, se transformó en el equipo más goleador del campeonato. Hasta allí acumulaba tres sin perder de visitante y se hizo un lugar entre los primeros cinco de la tabla.
Y volver a bajar. Cuando parecía que Belgrano estaba para dar el salto y meterse en una conversación “mayor”, vino el duro revés contra Quilmes. El 0-1 en la fecha 11 fue el puntapié de una seguidilla magra: empate contra River y derrota ante Central, en Alberdi.
¿Cuál es el punto medio? De los últimos nueve puntos, la B sacó sólo uno. Sin dudas, el Pirata entra en la “normalidad” de los demás equipos en un torneo mediocre.
Cuando la pelotita entra cambia las opiniones. Algunos le llaman eficacia, otros surte. Lo cierto es que al ser un juego, y ante un nivel medio, las miradas cambian.
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Entrena
El Pirata vuelve a las prácticas hoy, a las 9.30, en Villa Esquiú. Pittinari por Farré el cambio que haría el Ruso.
