El defensor de Belgrano admitió que el clásico “corta la preparación”, pero... “pisás el césped y te olvidas de todo
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Llegó al Pirata en 2011 y desde entonces llamó la atención. Primero por su vehemencia para jugar –a veces en exceso- pero también por su crecimiento futbolístico. Tanto que se ganó un lugar en el equipo base del DT Ricardo Zielinski y otra vez vivirá una tarde para el recuerdo.
“La gente lo vive de manera especial y el jugador debe brindarse al máximo”, le contó el marcador de punta a Día a Día. Y no esquivó la pregunta obligada sobre cuánto molestaba jugar el clásico en el tramo final de la pretemporada.
“Voy a ser realista, uno siente por dentro que te corta al medio la preparación. Uno quiere ponerle toda la mirada al partido contra Lanús (rival en la 1ª fecha, el 4 de agosto) que es importante. Pero el clásico está en el camino y hay que afrontarlo con toda responsabilidad”, sostuvo Quiroga, con 52 partidos en Belgrano.
Y dejó clarita la postura de cara al choque con el Albiazul. “Una vez que uno pisa la cancha y tenga Talleres adelante lo único que pensamos es ganarle. Así es hasta que se termine el partido y se defina todo”, dijo el Mono, sin dudas uno de los jugadores que debió remarla para tener otra chance en el club.
Seguir igual. No será un año más para Belgrano. Al campeonato local se le suma la participación en la Copa Sudamericana 2013 y Juan evaluó cómo está el plantel. “Quedó la gran base y vinieron cuatro jugadores (Carrera, Bueno, Affranchino y Brezan) que se van acoplar rápido.
Ellos se van sumando al pensamiento que tiene todo el grupo. Son buena gente y eso es importante. Así la adaptación es mucho más corta”, explicó con 31 años y toda la expectativa renovada para lo que viene.
Quiroga hoy es el 3 en el equipo del Ruso. Pero él, lejos de confiarse, prefiere el camino del trabajo diario. “El técnico tiene un equipo en mente, pero ninguno se puede dormir porque acá nadie es titular”, definió.
–Te costó mucho afirmarte, no es cuestión de echarlo a perder...
–No. Quiero parecerme al Quiroga que terminó jugando. Siempre hay que ir renovándose, poniendo la mente para seguir creciendo. El pasado ya quedó atrás y ahora hay que alimentar un nuevo camino.
Quiroga tiene la determinación de un muñeco de metegol. A toda velocidad. Aunque con el tiempo aprendió a jugar sin remolinete y eso le ha dado frutos mejores.
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Tiene 52 partidos en Belgrano y todavía no marcó goles. Llegó en 2011 y se ganó un lugar. Antes del Inicial, el Ruso le dijo que se buscara club, pero él se quedó y creció. Un laburante.
