La pisa. El DT es claro en su mensaje y el jugador lo valora.
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“La idea es traer algunos refuerzos. Pero no a cualquiera, siempre nos manejamos con criterio y no queremos dañar al club”, supo manifestar Pérez, quien anoche, en el estadio Ciudad de la Plata, dejó clara su postura. “Tenemos que buscar algunos jugadores para puestos puntuales”.
En esa línea está el entrenador. De hecho ya tiene en su carpeta qué posiciones le gustaría reforzar. Un volante por la derecha y un delantero (no necesariamente de área) está entre las prioridades. Además no disgustaría un marcador de punta por la derecha y habrá que ver qué ocurre con Luciano Lollo y Martín Zapata.
“Somos un club austero. Siempre la prioridad fue no poner en riesgo la economía del club. Traeremos de acuerdo a lo que tengamos para poner”, declaró el Ruso, quien debe ingeniárselas con pocos billetes para lograr un equipo sólido. Y la primera decisión es sostener la mayoría de los jugadores que componen la plantilla.
La gran decisión. Se sabe, Belgrano clasificó a la Copa Sudamericana y afrontará dos torneos. Y el dilema para Pérez es saber cuánto contratará. Se estipula que no serán más de cuatro los refuerzos para lo que viene. “Todo el mundo habla de contratar, pero es una inversión y hay que ver. Sólo hay dos partidos garantizados en la Copa. Eso no quiere decir que no vayamos a dejar todo y que la aspiración sea la mejor, pero debemos ser cautelosos y analizarlo bien”, le dijo a Día a Día tiempo atrás.
Según se puedo averiguar, el cuerpo técnico sí o sí esperará la llegada de nuevos jugadores. ¿Nombres? Hay muchos, pero todos rumores. Lo cierto es que la semana próxima Armando Pérez y Ricardo Zielinski intensificarán el trabajo que requiere precisión (ojo futbolero) para elegir jugadores a un precio accesible.
El proyecto. Los argumentos están a la vista. Belgrano se quedó en la categoría, metió 36 puntos en el Inicial y clasificó a la Copa Sudamericana. Y siempre trabajando de la misma manera. Ese es el abal más importante que tienen Pérez y el Ruso para moverse como lo hacen. Una señal fue el reconocimiento de Alejandro Sabella, el DT de la selección argentina, quien saludó a Zielinksi ayer en el entre estadio.
“Traer por traer no sirve”, repiten ambos siempre. Por eso la cautela de Pérez y Zielinski. Y la serenidad para no gastar lo que no se tiene.
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Números
El Ruso. Tiene 102 partidos en Belgrano. Ganó 41 partidos, empató 39 y perdió 21. Renovó contrato por un año más.
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Entre la ambición y la sinceridad, está la realidad
José Santiago
Redacción /jsalguero@diaadia.com.ar
Es necesario marcar la diferencia entre ambición, sinceridad y realidad. No sólo por sus conceptos, sino porque también cada una de ellas cambia en su significado de acuerdo al rol de quien la exprese. Es decir, quien hable de Belgrano y el DT Ricardo Zielinksi, debe aceptar –luchar contra el ego– que lo está diciendo desde su lugar y no desde un lugar totalizador.
El DT, el hincha y el periodismo tienen miradas singulares –que pueden coincidir o no– pero que son diferentes al fin. ¿Desde dónde hablamos cuando decimos que Zielinski no se anima a más? Él, más que nadie, utiliza la realidad. Sabe qué plantel tiene y el rédito podría sacarle.
Claro, el periodismo podría machacarle “que ya es hora de ir más arriba”. ¿Más arriba con respecto a qué? Sostuvo la categoría, metió 36 puntos en el Inicial y clasificó a una Copa. Pero la ambición juega a espaldas de todos. El deseo no puede confundirse. En todo caso es genuino que mueva al hincha. Pero si gana la cabeza del DT o el jugador, lo puede hacer pisar en falso.
Siempre es conveniente ser sinceros. Y eso intenta el DT. Aunque la sinceridad a mucho les molesta. Porque se interpreta como un dejo de mediocridad, de miedo a probar más allá. ¿No deberá sincerarse el hincha y el periodismo? Que está pidiendo mucho cuando también supo decir “demasiado con este equipo”. ¿En qué quedamos? O es un equipo que demasiado logró, o que ya debe ir por algo mayor, más picante?
Aceptemos que la realidad al final se impone; y a partir de allí, sí reconocer las ambiciones más terrenales. Esas casi siempre no fallan.
