No paran de festejar. Los jugadores de Belgrano son pura alegría.
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Algo más de dos mil cordobeses llegados desde varios rincones del país celebraban el histórico pase de Belgrano a la Copa Sudamericana. Y junto a ellos, los jugadores del Pirata, que se acercaron y, como una prolongación de la tribuna, saltaron y bailaron en el campo de juego.
“Soy pirata, vago y atorrante, a Belgrano lo sigo a todas partes. Este año me voy de caravana, a jugar la Sudamericana, dale B, dale B”. El hit explotó en la cancha de Lanús y de ahora en más promete sonar con fuerza en Alberdi.
Banderas de Tierra del Fuego, Córdoba y Buenos Aires dieron testimonio de la pasión de esos hinchas que juntan cada peso para poder acompañar a Belgrano; que dejan a la familia o el laburo, se bancan el frío o el calor y recorren los kilómetros que hagan falta para estar “ahí”, pegados al alambrado y fieles a los colores. Y si desde el otro lado los jugadores responden como ayer lo hizo el equipo de Ricardo Zielinski, qué más se puede pedir.
Con un plan de juego claro y las convicciones bien puestas, el Pirata se plantó en la cancha de uno de los animadores del torneo con la firme idea de hacer lo necesario para llevarse lo que fue a buscar a Buenos Aires: su pasaporte a la Copa. Para ello impuso sus armas y maniató a Lanús desde el primer minuto. Los cuatro del fondo fueron una muralla que desactivaron cada intento del rival de lastimar la valla de Olave.
Aveldaño y Lollo ganaron todo, de arriba y de abajo. Sergio Rodríguez se las vio con el “Chino” Romero y respondió. En el segundo tiempo le tocó marcar a Regueiro y también respondió. Y el pibe Saravia fue un león a la hora de marcar y corrió como una fiera para pasar al ataque.
Fue tal la fortaleza que construyeron que en el segundo tiempo prácticamente desalentaron a los jugadores del Granate a seguir buscando el gol.
Partes del engranaje
En el mediocampo Farré y “Teté” González fueron el motor del equipo. Se alternaron para borrar a “Pochi” Chávez y, cuando la jugada lo permitía, sumarse al ataque. Incluso Farré fue quien llegó hasta el área rival y sacó el remate que dio en la mano de Vizcarrondo. Todos lo vieron... menos Pezzotta. Un párrafo aparte merece la actuación de Martín Zapata, quien en el segundo tiempo se multiplicó para marcar y habilitar a sus compañeros del ataque.
Si la defensa y el mediocampo son el corazón de este equipo, los delanteros representan la médula. Con velocidad, inteligencia y mucha entrega, Márquez, Melano y “el Picante” Pereyra demostraron lo que valen en el esquema de Zielinski. Cada vez que Belgrano “partía” a Lanús en el mediocampo, aparecían sus atacantes para buscar espacios y llevar peligro.
“Hoy estamos donde nos merecemos porque nunca nadie nos regaló nada. Siempre con mucho huevo y corazón! Gracias piratas por el apoyo de siempre”, posteó “Luquitas” Zelarayán desde su cuenta de Twitter. Con jerarquía y desparpajo, el juvenil enganche volvió a demostrar que es una de las mayores apariciones del año del Celeste. Y pide pista.
Una vez que el partido terminó el frío se instaló con fuerza en la cancha de Lanús. Sin embargo, la “popu” de los piratas todavía hervía. El sueño de jugar la Sudamericana era una realidad y nadie quería irse.
