Armando Pérez habló sobre los barras bravas | Club Belgrano de Córdoba

Esta es una parte de la nota que le realizó la Revista del Futbol al presidente de Belgrano, Armando Pérez, quien no se guardó nada.

-¿Sos optimista con respecto a la erradicación de la violencia en las canchas de fútbol?

-Hay que trabajar mucho.

-No me respondiste…

-Hay que trabajar, el optimismo está en la medida en la que uno está trabajando para eso. Hay un montón de problemas que hay cumplir. La dirigencia del fútbol asumió un montón de -compromisos que no está cumpliendo.

-¿Por los barras me decís?

-Las barras son un porcentaje mínimo que pueden ser un gran problema si intervienen en la política del club. Si no intervienen, apenas pueden llegar a ser un grupo violento, porque depende también de cómo los trates. Yo tengo que ser honesto, en nuestro caso, casi nunca se comportaron de manera violenta, y cuando lo hicieron tuvieron la contestación del club como institución. Ahora se ha trasladado también a los plateistas, que no es poca cosa. Y no se trata de gente que no tiene cultura. Pero en general, en Belgrano, no hemos tenido problemas con los barras.

-¿Nunca?

-Algunas agarradas hemos tenido, y han recibido la contestación que una institución debe dar. Si no son violentos, por qué no le vamos a dar para viajar si no tienen.

-Ahora, el día que…

-(Interrumpe) Cuando hagan una cosa que esté fuera de lugar, no le daremos. Hoy ni siquiera nos molestan con eso. Pero si quieren hacer una bandera más grande o piden más bombos, por supuesto que los vamos a ayudar, porque es para el club, porque esto hace al folklore del fútbol. Negar eso me parece una taradez. Eso sí, ninguno de estos está enraizado en la comisión ni tienen ningún tipo de negocio con nosotros. ¿Tendrán negocios internos? Posiblemente, pero no lo sé, no depende de nosotros.

-Cuando Belgrano estaba último en la B, sé que algunos integrantes de la barra entraron al entrenamiento y apretaron a algunos jugadores, ¿qué pasó ahí?

-Un error del tipo que estaba de guardia en ese momento. Tomamos cartas en el asunto y ahora es imposible que vuelvan a entrar, por eso las cosas más graves se producen por errores dirigenciales.

-¿En este caso asumís la responsabilidad?

-Por supuesto. No hay nada de lo que no sea responsable el presidente del club. Si un presidente dice que tal cosa no lo sabía, es un mal presidente, porque no trabajó, porque no está interiorizado.

-¿Vos como haces con tu tiempo? Porque vivis en Buenos Aires.

-Tengo gente capacitada que fue entrenada durante los años de gerenciamiento y que además tiene un salario. Porque también te quiero decir una cosa, la gente no puede trabajar gratis para un club. Si trabajan gratis tienen que sacar la plata de algún lado. No podés estar ocho horas en un club y no ver un peso, ¿cómo haces?

-¿Y esa plata sale de Belgrano o del bolsillo de Armando Pérez?

-El salario de los dirigentes lo paga Armando Pérez.

-Perdés mucha guita, entonces.

-No sé si es perder. El tema pasa por ahí. A ver, hubiera perdido mucha plata si Belgrano no tuviese la calidad institucional que tiene hoy. Yo puedo sentarme en una mesa con cualquiera sabiendo que somos un club importante, de jerarquía. Y nadie nos lleva por delante. Eso no es perder plata. Además, hay que preparar a la gente para que en un futuro Belgrano no vuelva a pasar por una quiebra.

-¿Y el día que te vayas?

-Quedará esta gente, si los socios quieren. Los socios deberán ser inteligentes y saber a quién tienen que votar.

-¿Cómo funcionaría esta estructura sin tu apoyo económico?

-Tendrán que crearlo. Y a lo mejor puedo cambiar el estatuto para que la gente que trabaje en el club sean pagos. ¿Por qué no? Es un error que trabajen gratis. Si una persona le dedica ocho horas al club, hay que pagarle. Es como un DT o un preparador físico.

-Lo que estás proponiendo es totalmente novedoso.

-Lanús lo hace. A medias tintas, pero lo hace. Por eso hay una rotación permanente entre ellos.

-¿Qué ambiciones tenés en Belgrano?

-Estamos en el 10% de lo que tenemos que hacer. Hay muchos proyectos para hacer.

-¿Cuáles son los más grandes?

-Ya están en camino, pero hay pequeñas cosas para aceitar en los proyectos grandes para que se concreten.

-¿Y en cuanto a lo deportivo?

-Yo creo que Belgrano en algún momento tiene que ganar un campeonato. Los pasos son esos. Belgrano va a ser grande de verdad cuando gane algún campeonato. Tenemos que ser realistas, ubicados.

-Las cosas en inferiores marchan muy bien, ¿cómo se hace para evitar el robo de jugadores?

-Es medio difícil. En honor a la verdad, los clubes de fútbol no tienen más jugadores, no sé si son de los representantes o no, pero si no tenés contratos, no tenés jugadores. Durán lo que dura el contrato. Por eso hay que trabajar mucho para que los chicos se sientan representados con el club.

-¿Bajan línea pedagógica en inferiores?

-Sí, la más importante es la de los infantiles que están atrás de la cancha. Fundamentalmente tenemos la obligación social de brindar un espacio para que los chicos puedan practicar fútbol, lo cual no quiere decir que van a ser jugadores profesionales. El objetivo de nuestras inferiores no es solo ganar, es por ello que inauguramos el tercer tiempo, porque es un juego, hay que entender esto.

-¿Has retado a algún jugador profesional por su comportamiento?

-Sí.

-¿Tuviste una buena recepción?

-Sí (se reclina en la silla y enciende un cigarrillo).

-¿Crees que entendieron?

-No me queda ninguna duda de eso. Por eso yo hablo de firmar contrato por 10 años con los referentes. Los referentes de los que tanto se hablan en el fútbol tienen una característica que hay que respetarla y apuntalarla. No solo sirve para cubrir el juego, si no lo que significa Belgrano como institución. Nosotros tenemos varios referentes y por eso proponemos un plan a 10 años.

-¿Vos querés crear una escuela de referentes?

-Quiero que los referentes creen más referentes, que se identifiquen, que quieran al club. Que se den cuenta que si los respetan, tienen que respetar. Que cuando se transforman en profesionales tienen de verdad obligaciones de profesionales.

-¿Antes de que llegue un jugador vos le explicas esto?

-Claro, hay muchos filtros previos. Averiguamos todo. Tenemos que tener el mismo cuidado que cuando contratamos a alguien para la institución. El jugador que venga a Belgrano tiene que ser una persona de bien, razonable. Estudiamos también a la familia. En este mercado no trajimos a nadie porque tenemos la obligación de traer a los chicos.

-¿Este modelo de Belgrano se puede aplicar a todos los clubes del fútbol argentino?

-Si le dedicás tiempo, sí. Si vas a estar tres años y te vas, me parece difícil.

-¿Cómo ves en general a la clase dirigente del fútbol argentino?

-Me parece que falta más profesionalismo, pero no estoy con ánimos de criticar eso. No me corresponde, hay que ser respetuoso del voto de los socios.

-Cuando llegaste a Belgrano me imagino que te encontraste con muchas sorpresas…

-Claro.

-¿Alguna de esas estaba vinculada a la barra?

-Claro. La barra estaba metida en la política de Belgrano. Según me cuentan, en la última elección para presidente, antes de que llegáramos nosotros, levantaron la mano 60 tipos. No sé bien como fue eso. Qué se yo, a lo mejor el que no quería levantar la mano se la hacían subir.